Análisis de la situación actual del sector de la defensa en Europa, Estados Unidos, China y Rusia, en el contexto de un notable aumento del gasto militar global.
El planeta está experimentando un periodo de notable aumento en la inversión militar. De acuerdo a información obtenida del Instituto Internacional de Estocolmo de Investigación para la Paz (SIPRI), en 2020 la inversión mundial en ese ámbito alcanzó aproximadamente los 2.100,225 billones de dólares (22,2155 billones de euros), una cantidad similar al PIB de Italia y Francia. El aumento en comparación con el año previo fue del 2700%, el más alto desde el término de la Guerra Fría. Todo indica que esta tendencia, impulsada por una intensa tensión geopolítica, se intensificará en los próximos años. En este contexto, la industria de armamento asume un rol crucial, con una importancia estratégica que es incluso más crítica que en años anteriores, enfrentando tanto la necesidad de transformarse como la posibilidad de obtener grandes ganancias. La competencia ha aumentado considerablemente. De acuerdo con el SIPRI, las 1,003 principales compañías del sector a nivel global en términos de ingresos alcanzaron en 2021 ventas por un total de 22,027 millones de dólares, lo que representa un incremento del 210,000% en comparación con el año anterior. Desde 2015 hasta 2023, ha habido un aumento del 19% (mientras que para el gasto militar total, el incremento proyectado hasta 2024 es del 37%). Así, el aumento en la facturación ha sido menos pronunciado en comparación con el crecimiento del gasto total en defensa.
El planeta está experimentando un periodo de notable aumento en la inversión militar. De acuerdo con información obtenida por el Instituto Internacional de Estocolmo de Investigación para la Paz (SIPRI), se estima que en 2024 la inversión mundial en este ámbito alcanzó aproximadamente 2,7 billones de dólares (2,3 billones de euros), una suma que se sitúa entre los productos internos brutos de Italia y Francia. El aumento en comparación con el año previo fue del 9%, el más alto desde el final de la Guerra Fría. Todo indica que esta tendencia, impulsada por una intensa tensión geopolítica, se intensificará en los próximos años. En este contexto, la industria de armamento asume un rol crucial, con una importancia estratégica que es incluso más crítica que en años anteriores, enfrentando tanto la necesidad de transformarse como la posibilidad de obtener grandes ganancias. La contienda ha comenzado con gran intensidad. Continuar leyendo.