La psicología del color ha demostrado que nuestras elecciones cromáticas no son del todo aleatorias. Determinados colores pueden reflejar estados de ánimo, estilos de personalidad, e incluso ciertas inclinaciones cognitivas. En este marco, varias investigaciones han intentado cruzar estos datos con resultados de pruebas de inteligencia, creatividad o resolución de problemas.
¿Existe una relación entre el gusto por ciertos colores y la inteligencia?
Sí, aunque no de forma determinista. Según estudios publicados en revistas como Personality and Individual Differences y Journal of Environmental Psychology, las personas que obtienen mejores resultados en pruebas de razonamiento abstracto y pensamiento crítico suelen preferir tonos fríos o neutros. Por el contrario, existe un color concreto -intenso, cálido y enérgico- que aparece con frecuencia entre quienes tienden a actuar de forma más impulsiva y obtienen puntuaciones más bajas en este tipo de tests: el naranja.
Rasgos asociados al naranja
Este color se ha vinculado con personalidades espontáneas, emocionales y con necesidad de estimulación constante. Lejos de implicar «poca inteligencia», podría hablar de un tipo de procesamiento más inmediato, menos estructurado, que prioriza la acción sobre la reflexión. El problema surge cuando se observan tendencias consistentes: quienes lo eligen como favorito suelen mostrar dificultades en tareas que exigen atención prolongada, planificación o razonamiento complejo.
¿Y si tu color favorito es justo ese?
No hay que alarmarse. La inteligencia es diversa y multifactorial: no se mide solo con lógica matemática o velocidad verbal. Muchas personas con habilidades brillantes en áreas artísticas, sociales o manuales pueden sentirse atraídas por este tipo de colores. La clave está en no reducir nuestras capacidades a una sola medida, sino en entender cómo funcionamos mejor.
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Aunque parezca un dato trivial, el color que elegimos puede ser una pista más sobre cómo percibimos el mundo y cómo procesamos la información. No se trata de cambiarlo… pero sí de mirar con nuevos ojos lo que nos atrae, incluso en una simple paleta de colores.
La psicología del color ha demostrado que nuestras elecciones cromáticas no son del todo aleatorias. Determinados colores pueden reflejar estados de ánimo, estilos de personalidad, e incluso ciertas inclinaciones cognitivas. En este marco, varias investigaciones han intentado cruzar estos datos con resultados de pruebas de inteligencia, creatividad o resolución de problemas.. ¿Existe una relación entre el gusto por ciertos colores y la inteligencia?. Sí, aunque no de forma determinista. Según estudios publicados en revistas como Personality and Individual Differences y Journal of Environmental Psychology, las personas que obtienen mejores resultados en pruebas de razonamiento abstracto y pensamiento crítico suelen preferir tonos fríos o neutros. Por el contrario, existe un color concreto -intenso, cálido y enérgico- que aparece con frecuencia entre quienes tienden a actuar de forma más impulsiva y obtienen puntuaciones más bajas en este tipo de tests: el naranja.. Rasgos asociados al naranja. Este color se ha vinculado con personalidades espontáneas, emocionales y con necesidad de estimulación constante. Lejos de implicar «poca inteligencia», podría hablar de un tipo de procesamiento más inmediato, menos estructurado, que prioriza la acción sobre la reflexión. El problema surge cuando se observan tendencias consistentes: quienes lo eligen como favorito suelen mostrar dificultades en tareas que exigen atención prolongada, planificación o razonamiento complejo.. ¿Y si tu color favorito es justo ese?. No hay que alarmarse. La inteligencia es diversa y multifactorial: no se mide solo con lógica matemática o velocidad verbal. Muchas personas con habilidades brillantes en áreas artísticas, sociales o manuales pueden sentirse atraídas por este tipo de colores. La clave está en no reducir nuestras capacidades a una sola medida, sino en entender cómo funcionamos mejor.. :. Aunque parezca un dato trivial, el color que elegimos puede ser una pista más sobre cómo percibimos el mundo y cómo procesamos la información. No se trata de cambiarlo… pero sí de mirar con nuevos ojos lo que nos atrae, incluso en una simple paleta de colores.
Hay un color que se repite entre quienes obtienen puntuaciones más bajas en tests de razonamiento y análisis
La psicología del color ha demostrado que nuestras elecciones cromáticas no son del todo aleatorias. Determinados colores pueden reflejar estados de ánimo, estilos de personalidad, e incluso ciertas inclinaciones cognitivas. En este marco, varias investigaciones han intentado cruzar estos datos con resultados de pruebas de inteligencia, creatividad o resolución de problemas.. ¿Existe una relación entre el gusto por ciertos colores y la inteligencia?. Sí, aunque no de forma determinista. Según estudios publicados en revistas como Personality and Individual Differences y Journal of Environmental Psychology, las personas que obtienen mejores resultados en pruebas de razonamiento abstracto y pensamiento crítico suelen preferir tonos fríos o neutros. Por el contrario, existe un color concreto -intenso, cálido y enérgico- que aparece con frecuencia entre quienes tienden a actuar de forma más impulsiva y obtienen puntuaciones más bajas en este tipo de tests: el naranja.. Rasgos asociados al naranja. Este color se ha vinculado con personalidades espontáneas, emocionales y con necesidad de estimulación constante. Lejos de implicar «poca inteligencia», podría hablar de un tipo de procesamiento más inmediato, menos estructurado, que prioriza la acción sobre la reflexión. El problema surge cuando se observan tendencias consistentes: quienes lo eligen como favorito suelen mostrar dificultades en tareas que exigen atención prolongada, planificación o razonamiento complejo.. ¿Y si tu color favorito es justo ese?. No hay que alarmarse. La inteligencia es diversa y multifactorial: no se mide solo con lógica matemática o velocidad verbal. Muchas personas con habilidades brillantes en áreas artísticas, sociales o manuales pueden sentirse atraídas por este tipo de colores. La clave está en no reducir nuestras capacidades a una sola medida, sino en entender cómo funcionamos mejor.. :. Aunque parezca un dato trivial, el color que elegimos puede ser una pista más sobre cómo percibimos el mundo y cómo procesamos la información. No se trata de cambiarlo… pero sí de mirar con nuevos ojos lo que nos atrae, incluso en una simple paleta de colores.