El economista Gonzalo Bernardos lanza una advertencia sobre la gestión financiera personal ante el aumento del consumo veraniego y la vivienda
El verano, tradicionalmente asociado al disfrute y el ocio, se ha convertido también en una época donde los gastos se disparan, llevando a un número cada vez mayor de españoles a reconsiderar sus hábitos de consumo.. En este contexto de endeudamiento creciente, especialmente en lo que respecta a las vacaciones, figuras expertas en economía alzan la voz para promover una mayor cautela financiera.. Gonzalo Bernardos, reconocido economista y profesor Titular de la Universidad de Barcelona, ha ofrecido recientemente una visión clara y directa sobre la situación económica de los hogares. Sus declaraciones ponen el foco en la necesidad de discernir entre las necesidades esenciales y los deseos de ocio, un debate que cobra especial importancia con la llegada de los meses estivales y las tentaciones de vivir por encima de las posibilidades.. Bernardos ha sido categórico al desaconsejar el uso de financiación para costear los periodos de asueto, sosteniendo que, si no se disponen de los recursos necesarios, lo más sensato es prescindir de ellos. Un préstamo debe destinarse a cubrir aspectos esenciales de la vida, no caprichos, según apunta Bernardos en el programa Más vale tarde. Su postura se afianza en la idea de que recurrir al crédito para un disfrute puntual puede generar un agujero económico considerable.. El economista no ha dudado en criticar a quienes, a pesar de contar con ingresos estables, caen en el hábito de vivir por encima de sus posibilidades. Este comportamiento se observa, explica, en aquellos que consideran «imprescindible» asistir a eventos culturales de relevancia, comer en restaurantes de lujo cada domingo o realizar viajes intercontinentales con periodicidad. Para Bernardos, esta dinámica revela una falta de equilibrio entre lo que se gana y lo que se gasta.. La solución propuesta por el profesor es simple y directa: si el deseo es gastar más de lo que se ingresa, la única vía es trabajar de manera adicional para incrementar las rentas. De no ser así, la alternativa pasa por ajustar las expectativas de consumo y reducir el desembolso mensual. Esta lógica financiera, que Bernardos califica de elemental, parece haberse difuminado en la sociedad actual.. Comparando el presente con décadas pasadas, Bernardos subraya un cambio en la mentalidad de consumo. Los jóvenes de los años ochenta y noventa, explica, solían pasar sus veranos en el pueblo natal o destinos locales, donde el gasto era inferior gracias a precios más moderados. Ahora, en la era de las redes sociales, la necesidad de aparentar un cierto nivel económico parece predominar sobre la prudencia.. En contraste con el ocio, Bernardos sí considera justificado el recurso a la financiación para situaciones de verdadera necesidad. Si un electrodoméstico fundamental como el frigorífico deja de funcionar, si se requiere un vehículo para desempeñar la actividad laboral o si surge un gasto médico imprevisto, la solicitud de un crédito se entiende dentro de la lógica de la urgencia. Las vacaciones, sin embargo, quedan fuera de esta categoría.. Finalmente, el economista también ha abordado el complejo panorama del mercado de la vivienda en España. Ha destacado la demanda embalsada de vivienda entre la población joven, que ha experimentado un descenso sustancial en la tasa de propiedad desde 2008. Bernardos aconseja la adquisición de una propiedad lo antes posible, ya que los precios continuarán su escalada a corto plazo, y alerta sobre los peligros de permanecer mucho tiempo en el mercado del alquiler, al que califica de «trampa mortal».
El verano, tradicionalmente asociado al disfrute y el ocio, se ha convertido también en una época donde los gastos se disparan, llevando a un número cada vez mayor de españoles a reconsiderar sus hábitos de consumo.. En este contexto de endeudamiento creciente, especialmente en lo que respecta a las vacaciones, figuras expertas en economía alzan la voz para promover una mayor cautela financiera.. Gonzalo Bernardos, reconocido economista y profesor Titular de la Universidad de Barcelona, ha ofrecido recientemente una visión clara y directa sobre la situación económica de los hogares. Sus declaraciones ponen el foco en la necesidad de discernir entre las necesidades esenciales y los deseos de ocio, un debate que cobra especial importancia con la llegada de los meses estivales y las tentaciones de vivir por encima de las posibilidades.. La prudencia económica frente al ocio veraniego. Bernardos ha sido categórico al desaconsejar el uso de financiación para costear los periodos de asueto, sosteniendo que, si no se disponen de los recursos necesarios, lo más sensato es prescindir de ellos. Un préstamo debe destinarse a cubrir aspectos esenciales de la vida, no caprichos, según apunta Bernardos en el programa Más vale tarde. Su postura se afianza en la idea de que recurrir al crédito para un disfrute puntual puede generar un agujero económico considerable.. El economista no ha dudado en criticar a quienes, a pesar de contar con ingresos estables, caen en el hábito de vivir por encima de sus posibilidades. Este comportamiento se observa, explica, en aquellos que consideran «imprescindible» asistir a eventos culturales de relevancia, comer en restaurantes de lujo cada domingo o realizar viajes intercontinentales con periodicidad. Para Bernardos, esta dinámica revela una falta de equilibrio entre lo que se gana y lo que se gasta.. La solución propuesta por el profesor es simple y directa: si el deseo es gastar más de lo que se ingresa, la única vía es trabajar de manera adicional para incrementar las rentas. De no ser así, la alternativa pasa por ajustar las expectativas de consumo y reducir el desembolso mensual. Esta lógica financiera, que Bernardos califica de elemental, parece haberse difuminado en la sociedad actual.. Comparando el presente con décadas pasadas, Bernardos subraya un cambio en la mentalidad de consumo. Los jóvenes de los años ochenta y noventa, explica, solían pasar sus veranos en el pueblo natal o destinos locales, donde el gasto era inferior gracias a precios más moderados. Ahora, en la era de las redes sociales, la necesidad de aparentar un cierto nivel económico parece predominar sobre la prudencia.. En contraste con el ocio, Bernardos sí considera justificado el recurso a la financiación para situaciones de verdadera necesidad. Si un electrodoméstico fundamental como el frigorífico deja de funcionar, si se requiere un vehículo para desempeñar la actividad laboral o si surge un gasto médico imprevisto, la solicitud de un crédito se entiende dentro de la lógica de la urgencia. Las vacaciones, sin embargo, quedan fuera de esta categoría.. Finalmente, el economista también ha abordado el complejo panorama del mercado de la vivienda en España. Ha destacado la demanda embalsada de vivienda entre la población joven, que ha experimentado un descenso sustancial en la tasa de propiedad desde 2008. Bernardos aconseja la adquisición de una propiedad lo antes posible, ya que los precios continuarán su escalada a corto plazo, y alerta sobre los peligros de permanecer mucho tiempo en el mercado del alquiler, al que califica de «trampa mortal».