Una turista española ha compartido en redes sociales la experiencia que vivió durante su viaje a Japón, donde una acción aparentemente inofensiva, cruzar un semáforo en rojo, le costó una multa de 5.000 euros.
“Pensé que era una advertencia, como en España. Crucé sin mirar mucho y de repente me estaban multando. Me quedé helada”, explicó la joven en un vídeo que rápidamente se viralizó.
En Japón, el respeto por las normas de convivencia es una cuestión profundamente arraigada. Lo que en España puede considerarse una infracción menor, en Japón se interpreta como una falta grave. Las autoridades locales aplican sanciones estrictas para preservar el orden y la seguridad, incluso en casos que para los turistas pueden parecer triviales.
“No es solo la multa. Es la sensación de haber hecho algo terrible sin saberlo. Me sentí culpable, confundida y muy sola”, añadió la joven, visiblemente afectada por lo ocurrido.
Además del cruce indebido, la turista relató otros momentos en los que sus costumbres occidentales chocaron con la cultura japonesa. Uno de ellos fue al intentar dejar propina en un restaurante, gesto que en Japón puede considerarse inapropiado.
“Intenté ser amable y dejar propina. El camarero me la devolvió con una sonrisa incómoda. Me di cuenta de que estaba rompiendo una regla invisible”, señaló.
Japón ha intensificado en los últimos años sus campañas de concienciación dirigidas a los visitantes extranjeros, con el objetivo de preservar sus tradiciones y normas sociales. Entre las recomendaciones más comunes se encuentran evitar hablar en voz alta en el transporte público, no comer mientras se camina y abstenerse de usar perfumes intensos en espacios cerrados.
“No quiero que la gente tenga miedo de venir a Japón, pero sí que lo hagan con respeto y con los ojos abiertos. No todo es anime y sushi”, concluyó la joven.
Una turista española ha compartido en redes sociales la experiencia que vivió durante su viaje a Japón, donde una acción aparentemente inofensiva, cruzar un semáforo en rojo, le costó una multa de 5.000 euros.. “Pensé que era una advertencia, como en España. Crucé sin mirar mucho y de repente me estaban multando. Me quedé helada”, explicó la joven en un vídeo que rápidamente se viralizó.. En Japón, el respeto por las normas de convivencia es una cuestión profundamente arraigada. Lo que en España puede considerarse una infracción menor, en Japón se interpreta como una falta grave. Las autoridades locales aplican sanciones estrictas para preservar el orden y la seguridad, incluso en casos que para los turistas pueden parecer triviales.. “No es solo la multa. Es la sensación de haber hecho algo terrible sin saberlo. Me sentí culpable, confundida y muy sola”, añadió la joven, visiblemente afectada por lo ocurrido.. Además del cruce indebido, la turista relató otros momentos en los que sus costumbres occidentales chocaron con la cultura japonesa. Uno de ellos fue al intentar dejar propina en un restaurante, gesto que en Japón puede considerarse inapropiado.. “Intenté ser amable y dejar propina. El camarero me la devolvió con una sonrisa incómoda. Me di cuenta de que estaba rompiendo una regla invisible”, señaló.. Japón ha intensificado en los últimos años sus campañas de concienciación dirigidas a los visitantes extranjeros, con el objetivo de preservar sus tradiciones y normas sociales. Entre las recomendaciones más comunes se encuentran evitar hablar en voz alta en el transporte público, no comer mientras se camina y abstenerse de usar perfumes intensos en espacios cerrados.. “No quiero que la gente tenga miedo de venir a Japón, pero sí que lo hagan con respeto y con los ojos abiertos. No todo es anime y sushi”, concluyó la joven.
Una turista española cuenta a través de sus redes sociales cómo una infracción común en nuestro país se convirtió en una sanción severa en Tokio
Una turista española ha compartido en redes sociales la experiencia que vivió durante su viaje a Japón, donde una acción aparentemente inofensiva, cruzar un semáforo en rojo, le costó una multa de 5.000 euros.. “Pensé que era una advertencia, como en España. Crucé sin mirar mucho y de repente me estaban multando. Me quedé helada”, explicó la joven en un vídeo que rápidamente se viralizó.. En Japón, el respeto por las normas de convivencia es una cuestión profundamente arraigada. Lo que en España puede considerarse una infracción menor, en Japón se interpreta como una falta grave. Las autoridades locales aplican sanciones estrictas para preservar el orden y la seguridad, incluso en casos que para los turistas pueden parecer triviales.. “No es solo la multa. Es la sensación de haber hecho algo terrible sin saberlo. Me sentí culpable, confundida y muy sola”, añadió la joven, visiblemente afectada por lo ocurrido.. Además del cruce indebido, la turista relató otros momentos en los que sus costumbres occidentales chocaron con la cultura japonesa. Uno de ellos fue al intentar dejar propina en un restaurante, gesto que en Japón puede considerarse inapropiado.. “Intenté ser amable y dejar propina. El camarero me la devolvió con una sonrisa incómoda. Me di cuenta de que estaba rompiendo una regla invisible”, señaló.. Japón ha intensificado en los últimos años sus campañas de concienciación dirigidas a los visitantes extranjeros, con el objetivo de preservar sus tradiciones y normas sociales. Entre las recomendaciones más comunes se encuentran evitar hablar en voz alta en el transporte público, no comer mientras se camina y abstenerse de usar perfumes intensos en espacios cerrados.. “No quiero que la gente tenga miedo de venir a Japón, pero sí que lo hagan con respeto y con los ojos abiertos. No todo es anime y sushi”, concluyó la joven.