Es necesario promover una reforma que requiera a los políticos esperar 10 años antes de asumir el cargo de gobernador. Escrivá posee una sólida formación, pero ha socavado su reputación y conocimientos debido a su involucramiento en la política.
Actualmente, se está intentando modificar la duración del mandato del gobernador del Banco de España para que sea de ocho años. En teoría, extender la duración de los nombramientos, siempre y cuando no sean renovables, proporciona independencia al cargo. Esto se debe a que al ser imposible la renovación, el titular no tiene que satisfacer a nadie. Cuanto más prolongado sea el mandato, mayor independencia se logra, ya que se tendrá la oportunidad de interactuar con varios gobiernos. Asimismo, extender el mandato podría facilitar que un gobernador saliente se incorpore a una institución internacional de renombre, dado que esa duración podría alinear de manera más efectiva los tiempos nacionales con los internacionales. Por lo tanto, no debería considerarse algo negativo. Sin embargo, esto debe ir de la mano de una reforma que limite la capacidad discrecional del presidente del Gobierno para designar al gobernador, así como que prohíba que un político pueda postularse para ese cargo; de lo contrario, la independencia que se busca fortalecer en un aspecto podría perderse en otro. Por ello, la designación de Escrivá como gobernador del Banco de España generó controversia, ya que su nombramiento representaba un desafío directo a la autonomía de la institución, dado que provenía directamente del Consejo de Ministros. Así, se quebranta la autonomía que debe prevalecer en los altos puestos de cualquier banco central, aunque en la actualidad sea una delegación del Banco Central Europeo, ya que sigue formando parte de él y su independencia es crucial. Por esta razón, estos mandatos tienden a ser extensos y no se pueden renovar, con el objetivo de protegerlos de la presión política que podría surgir a cambio de negociar la continuación en el puesto. No es útil usar a los funcionarios del BCE como referencia, ya que la presión política es menos intensa en la Comisión Europea y el impacto que pueda tener cada gobierno se vuelve mucho menos significativo.
Actualmente, se está intentando modificar la duración del mandato del gobernador del Banco de España para que sea de ocho años. En teoría, extender la duración de los nombramientos, siempre y cuando no sean renovables, proporciona independencia al cargo. Esto se debe a que al ser imposible la renovación, el titular no tiene que satisfacer a nadie. Cuanto más prolongado sea el mandato, mayor independencia se logra, ya que se tendrá la oportunidad de interactuar con varios gobiernos. Asimismo, extender el mandato podría facilitar que un gobernador saliente se incorpore a una institución internacional de renombre, dado que esa duración podría alinear de manera más efectiva los tiempos nacionales con los internacionales. Por lo tanto, no debería considerarse algo negativo. Sin embargo, esto debe ir de la mano de una reforma que limite la capacidad discrecional del presidente del Gobierno para designar al gobernador, así como que prohíba que un político pueda postularse para ese cargo; de lo contrario, la independencia que se busca fortalecer en un aspecto podría perderse en otro. Por ello, la designación de Escrivá como gobernador del Banco de España generó controversia, ya que su nombramiento representaba un desafío directo a la autonomía de la institución, dado que provenía directamente del Consejo de Ministros. Así, se quebranta la autonomía que debe prevalecer en los altos puestos de cualquier banco central, aunque en la actualidad sea una delegación del Banco Central Europeo, ya que sigue formando parte de él y su independencia es crucial. Por esta razón, estos mandatos tienden a ser extensos y no se pueden renovar, con el objetivo de protegerlos de la presión política que podría surgir a cambio de negociar la continuación en el puesto. No es útil usar a los funcionarios del BCE como referencia, ya que la presión política es menos intensa en la Comisión Europea y el impacto que pueda tener cada gobierno se vuelve mucho menos significativo.