Al principio, solo es una concepción, un anhelo. Después, el tiempo avanza—meses, años, toda una vida—y todo está registrado. Si ese conjunto de palabras logra encontrar una editorial dispuesta a publicarlo, se inicia un proceso que convertirá esa idea vaga en un objeto tangible al que se le deberán añadir las cubiertas: la portada, el lomo y la contraportada. Ese artículo se envuelve repetidamente con textos publicitarios, se le coloca una cinta alrededor y se incluye un marcapáginas como accesorio. Las cubiertas de los libros son un aspecto editorial que pasa desapercibido para la mayoría, aunque tienen una gran importancia.
En un ensayo, la novelista y ensayista Jhumpa Lahiri medita sobre cómo las portadas de los libros afectan a los escritores, así como los desafíos y ansiedades que estas pueden generar.
Al principio, solo es un concepto, un anhelo. Con el tiempo transcurre —semanas, años, toda una vida— y ya está definido. Y si ese conjunto de palabras logra encontrar una editorial que lo publique, se inicia un proceso que convertirá esa idea difusa en un objeto tangible, al que será necesario añadirle las cubiertas: la portada, el lomo y la contraportada. El objeto recibe múltiples envolturas de textos publicitarios, se le coloca una banda alrededor y se le añade un marcapáginas como accesorio. Las vestimentas de un libro, aunque son un aspecto editorial que generalmente pasa desapercibido para la mayoría de las personas, tienen una gran importancia. Evaluar un libro solo por su cubierta: los diseños que han destacado en el mundo literario de este siglo. «Considero que este es el mejor trabajo del mundo», declara Marta Borrell, directora creativa de Penguin Random House. En su caso, el proceso de diseño de la cubierta comienza con varias reuniones entre el equipo editorial, de marketing, de diseño y de ventas, en las que examinan al autor o autora, el contenido del libro, los mensajes, el género literario y los potenciales públicos. «A partir de eso, comenzamos a contemplar la apariencia que debería tener ese libro», comenta Borrell.