Jannik Sinner y Carlos Alcaraz se reencontraron el martes por primera vez desde la final de Wimbledon en una de las pistas de entrenamiento del Masters 1.000 de Cincinnati. Carlitos acababa su sesión de entrenamiento y el número uno del mundo se disponía a comenzar. El torneo para los principales cabezas de serie empieza el fin de semana. Hasta aquí todo normal. Pero es que la primera ronda de Cincinnati comienza hoy y coincide con la final del Masters 1.000 de Toronto. ¿Un Masters 1.000, los segundos torneos en importancia del circuito, acabando un jueves? Sí y para muchos jugadores del circuito es la guinda de un calendario «que nos va a matar en cierta manera», como llegó a decir Alcaraz.. La semana posterior a Wimbledon sólo compitieron dos jugadores del «top 15», Rublev y Ruud. Media docena esperaron al torneo de Washington la semana siguiente. Otros lo hicieron en Toronto y los dos mejores del mundo regresarán en Cincinnati. Djokovic no lo hará hasta el US Open. Zverev, el número tres del mundo, ha resumido el sentir general: «Me encantaría regular mis esfuerzos, centrarme en los Grand Slams y jugar muchos menos torneos, pero es imposible. Tienes ocho Masters 1.000 obligatorios, cuatro ATP 500 y los Grand Slams. Eso ya te obliga a competir en 16 semanas a lo que hay que añadir, Montecarlo, ATP Finals, Copa Davis… Es imposible competir menos de 20 torneos al año y la mayoría de ellos son de dos semanas de duración. Los eventos favoritos de todos son Montecarlo y París porque son los únicos Masters 1.000 de una semana. Juegas tus partidos y te vas, no tienes que estar días sin competir entre medias».. Ya hay siete Masters que duran casi dos semanas y las mejores raquetas del mundo están obligadas a jugar ocho de los nueve Masters 1.000 (la excepción es Montecarlo) y al menos cuatro torneos ATP 500, uno de ellos después del Abierto de Estados Unidos. Sólo pueden eludir alguno de ellos con justificación médica o cumpliendo una serie de requisitos: haber jugado 600 partidos, haber estado doce años en el circuito o tener más de 30. Y esto lo cumplen Djokovic y pocos más.. La ATP se defiende diciendo que los jugadores disputan menos partidos que hace un par de décadas cuando los mejores se iban por encima de los 80 partidos. Cierto, pero es que los partidos son más largos que hace 20 años. Un ejemplo: el promedio de duración en Roland Garros y el US Open roza las tres horas. «Esta es una época difícil del año porque no hay ninguna semana en la que tenga sentido tomarse un descanso. Después de la gira de hierba tenía que haber parado y no jugar en Washington, pero hay una nueva regla que dice que tienes que jugar una cierta cantidad de eventos. Como me lesioné durante el año, me perdí dos 500 así que tuve que jugar en Washington para cumplir con mi cuota anual de ATP 500. Entiendo que algunos europeos no jueguen en Washington, Toronto y Cincinnati y den prioridad al US Open», asegura Taylor Fritz, número cuatro del mundo.. No sólo se quejan los clásicos. Ben Shelton, con 22 años: «Fui a Washington por lo que representa para mí, pero realmente estaba cansado física y mentalmente. Es difícil competir en eventos de dos semanas porque el día entre medias te quita ritmo. Eso hace que el nivel de juego baje y eso es algo que todos hablamos en el vestuario. Cuando compites dos o tres días seguidos, adquieres un ritmo constante, una mayor confianza en tu juego y los partidos son mejores».. El mejor ejemplo es el final de temporada pasada que vivió Álex de Miñaur. El australiano disputó su último partido el 25 de noviembre y el primero de este curso 32 días después. «Es imposible descansar, entrenar bien y prepararte físicamente para la temporada. La ATP debe analizar bien esto porque no conozco a un tenista y diría que tampoco a ningún aficionado al que le gusten los Masters 1.000 de dos semanas. Sé que el tenis es un negocio, pero creo que este negocio no está funcionando», añade Zverev.. Y Alcaraz se atreve incluso a hablar de lo que está por llegar: «Hay muchos torneos obligatorios durante el año, pero probablemente en los próximos años habrá más. Ahora mismo hay muchas lesiones por el cambio de pelotas, por el calendario, por muchas cosas. En algún momento habrá muchos tenistas que se pierdan muchos torneos porque tienen que cuidar sus cuerpos y sus vidas porque tienen familia».. El resumen lo aporta Davidovich. El malagueño ha jugado nueve partidos después de Wimbledon en 21 días. En octavos de Toronto tuvo que retirarse y en sus redes sociales publicó: «Todo bien. Pero este calendario… madre mía. Ahora unos días off». Y todo ello adornado con «emojis»: una cara sudando, una pila y un bíceps sacando músculo.
Jannik Sinner y Carlos Alcaraz se reencontraron el martes por primera vez desde la final de Wimbledon en una de las pistas de entrenamiento del Masters 1.000 de Cincinnati. Carlitos acababa su sesión de entrenamiento y el número uno del mundo se disponía a comenzar. El torneo para los principales cabezas de serie empieza el fin de semana. Hasta aquí todo normal. Pero es que la primera ronda de Cincinnati comienza hoy y coincide con la final del Masters 1.000 de Toronto. ¿Un Masters 1.000, los segundos torneos en importancia del circuito, acabando un jueves? Sí y para muchos jugadores del circuito es la guinda de un calendario «que nos va a matar en cierta manera», como llegó a decir Alcaraz.. La semana posterior a Wimbledon sólo compitieron dos jugadores del «top 15», Rublev y Ruud. Media docena esperaron al torneo de Washington la semana siguiente. Otros lo hicieron en Toronto y los dos mejores del mundo regresarán en Cincinnati. Djokovic no lo hará hasta el US Open. Zverev, el número tres del mundo, ha resumido el sentir general: «Me encantaría regular mis esfuerzos, centrarme en los Grand Slams y jugar muchos menos torneos, pero es imposible. Tienes ocho Masters 1.000 obligatorios, cuatro ATP 500 y los Grand Slams. Eso ya te obliga a competir en 16 semanas a lo que hay que añadir, Montecarlo, ATP Finals, Copa Davis… Es imposible competir menos de 20 torneos al año y la mayoría de ellos son de dos semanas de duración. Los eventos favoritos de todos son Montecarlo y París porque son los únicos Masters 1.000 de una semana. Juegas tus partidos y te vas, no tienes que estar días sin competir entre medias».. Ya hay siete Masters que duran casi dos semanas y las mejores raquetas del mundo están obligadas a jugar ocho de los nueve Masters 1.000 (la excepción es Montecarlo) y al menos cuatro torneos ATP 500, uno de ellos después del Abierto de Estados Unidos. Sólo pueden eludir alguno de ellos con justificación médica o cumpliendo una serie de requisitos: haber jugado 600 partidos, haber estado doce años en el circuito o tener más de 30. Y esto lo cumplen Djokovic y pocos más.. La ATP se defiende diciendo que los jugadores disputan menos partidos que hace un par de décadas cuando los mejores se iban por encima de los 80 partidos. Cierto, pero es que los partidos son más largos que hace 20 años. Un ejemplo: el promedio de duración en Roland Garros y el US Open roza las tres horas. «Esta es una época difícil del año porque no hay ninguna semana en la que tenga sentido tomarse un descanso. Después de la gira de hierba tenía que haber parado y no jugar en Washington, pero hay una nueva regla que dice que tienes que jugar una cierta cantidad de eventos. Como me lesioné durante el año, me perdí dos 500 así que tuve que jugar en Washington para cumplir con mi cuota anual de ATP 500. Entiendo que algunos europeos no jueguen en Washington, Toronto y Cincinnati y den prioridad al US Open», asegura Taylor Fritz, número cuatro del mundo.. No sólo se quejan los clásicos. Ben Shelton, con 22 años: «Fui a Washington por lo que representa para mí, pero realmente estaba cansado física y mentalmente. Es difícil competir en eventos de dos semanas porque el día entre medias te quita ritmo. Eso hace que el nivel de juego baje y eso es algo que todos hablamos en el vestuario. Cuando compites dos o tres días seguidos, adquieres un ritmo constante, una mayor confianza en tu juego y los partidos son mejores».. El mejor ejemplo es el final de temporada pasada que vivió Álex de Miñaur. El australiano disputó su último partido el 25 de noviembre y el primero de este curso 32 días después. «Es imposible descansar, entrenar bien y prepararte físicamente para la temporada. La ATP debe analizar bien esto porque no conozco a un tenista y diría que tampoco a ningún aficionado al que le gusten los Masters 1.000 de dos semanas. Sé que el tenis es un negocio, pero creo que este negocio no está funcionando», añade Zverev.. Y Alcaraz se atreve incluso a hablar de lo que está por llegar: «Hay muchos torneos obligatorios durante el año, pero probablemente en los próximos años habrá más. Ahora mismo hay muchas lesiones por el cambio de pelotas, por el calendario, por muchas cosas. En algún momento habrá muchos tenistas que se pierdan muchos torneos porque tienen que cuidar sus cuerpos y sus vidas porque tienen familia».. El resumen lo aporta Davidovich. El malagueño ha jugado nueve partidos después de Wimbledon en 21 días. En octavos de Toronto tuvo que retirarse y en sus redes sociales publicó: «Todo bien. Pero este calendario… madre mía. Ahora unos días off». Y todo ello adornado con «emojis»: una cara sudando, una pila y un bíceps sacando músculo.
Noticias de Deportes en La Razón