La Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) es una enfermedad cuyas causas aún se desconocen y para la que no hay tratamiento efectivo. Unas 4.000 personas en España padecen esta patología degenerativa que afecta a las neuronas motoras, encargadas del control de los movimientos voluntarios de los músculos, con lo que se va perdiendo la capacidad de movimiento, de hablar, comer y finalmente de respirar. Es una enfermedad aún llena de preguntas. Aunque se sabe que combina factores genéticos, ambientales y la edad, se desconoce por qué se produce. Solo un 10 % de los casos son genéticos y el resto esporádicos.. Grupos de investigación en todo el mundo llevan décadas buscando algún candidato a fármaco que ofrezca una mínima esperanza a los pacientes pero, por el momento, todos los intentos han resultado fallidos.. Ahora, un equipo de científicos de la Universidad Case de la Reserva Occidental (Estados Unidos) ha hecho públicos los prometedores resultados de un ensayo clínico con pacientes con un tipo hereditario de ELA más frecuente en Brasil, que está causada por una mutación en la proteína B de membrana asociada a vesículas (gen VAPB). Se denomina ELA Tipo VIII y se caracteriza por su aparición temprana (en la treintena) y por tener un progreso muy lento de afectación motora.. Usando células madre pluripotentes- creadas en laboratorio- de estos voluntarios, los investigadores han conseguido atacar el gen VAPB, que es clave para el desarrollo de la enfermedad. Los resultados, publicados en la revista EMBO Molecular Medicine, abren la puerta a seguir investigando el papel de los inhibidores de la respuesta integrada al estrés (ISR, por sus siglas en inglés). Este mecanismo, que en un principio es útil, mantenido en el tiempo reduce la producción de proteínas y daña la supervivencia celular, afectando directamente a las neuronas motoras.. Según han explicado, el gen VAPB proporciona instrucciones para la producción de una proteína que ayuda a conectar diferentes partes de la célula para que puedan comunicarse y responder al estrés. «Esto es especialmente importante en las células nerviosas», ha apuntado la investigadora principal, Helen Cristina Miranda, que ha precisado que, al deteriorarse, las neuronas se vuelven más vulnerables a la degeneración, según informa Ep.. Para el estudio, utilizaron células madre pluripotentes inducidas (iPSC, por sus siglas en inglés), un tipo de célula creada en el laboratorio a partir de la piel o la sangre de una persona que puede transformarse en casi cualquier tipo de célula del cuerpo. Las iPSC de los pacientes de ELA sirvieron para cultivar sus neuronas motoras en una placa de cultivo, lo que permitió a los científicos estudiar la enfermedad con células humanas reales. Entre los hallazgos, los investigadores descubrieron cómo una mutación en el gen VAPB puede interrumpir la comunicación entre partes clave de la célula. Esta alteración conduce a la activación crónica del ISR, que identificaron como potencial objetivo terapéutico. «También demostramos que bloquear esta respuesta al estrés puede revertir el daño en el laboratorio, un paso prometedor hacia futuros tratamientos», ha resaltado Miranda, profesora asociada de genética y ciencias del genoma en la Facultad de Medicina de la Universidad Case de la Reserva Occidental.. A partir de estos resultados, el equipo se ha propuesto continuar estudiando la respuesta de las neuronas motoras de la ELA al estrés. «Actualmente estamos probando inhibidores de ISR en modelos neuromusculares más complejos y explorando cómo este enfoque podría beneficiar a otros subtipos de ELA», ha detallado Miranda.. «Un estudio sólido». Diversos investigadores españoles han valorado en ensayo en la plataforma científica Science Media Center España. El jefe clínico de Neurología del Hospital Universitario de Donostia, Adolfo López de Munuain ha destacado que este es un estudio «sólido» pero con «limitaciones», al tratarse de una recreación artificial de lo que ocurre ‘in vivo’. Según ha detallado, los resultados del trabajo pueden «abrir la puerta a aproximaciones terapéuticas con inhibidores como la molécula ISRIB o similares, así como a intentar analizar en contexto clínico cuál es el peso de este mecanismo en casos de ELA esporádicas, de cara a estratificar los pacientes en los ensayos».. Para Juan Alberto Ortega, profesor e investigador del departamento de Patología y Terapéutica Experimental de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Barcelona, «es un estudio clásico y robusto, en donde inteligentemente se utilizan métodos genéticos para estudiar el efecto en neuronas motoras de la proteína mutada en los pacientes, VAPB, en su forma sana o mutada (P56S) asociada a la ELA tipo VIII. Por lo general, las conclusiones están bien respaldadas por datos sólidos que incluyen análisis funcionales, moleculares y morfológicos, así como rescate fenotípico mediante inhibición farmacológica de la respuesta integrada al estrés (ISR)».
A partir de células madre de pacientes, investigadores de EE UU logran atacar un gen clave que contribuye a la enfermedad
La Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) es una enfermedad cuyas causas aún se desconocen y para la que no hay tratamiento efectivo. Unas 4.000 personas en España padecen esta patología degenerativa que afecta a las neuronas motoras, encargadas del control de los movimientos voluntarios de los músculos, con lo que se va perdiendo la capacidad de movimiento, de hablar, comer y finalmente de respirar. Es una enfermedad aún llena de preguntas. Aunque se sabe que combina factores genéticos, ambientales y la edad, se desconoce por qué se produce. Solo un 10 % de los casos son genéticos y el resto esporádicos.. Grupos de investigación en todo el mundo llevan décadas buscando algún candidato a fármaco que ofrezca una mínima esperanza a los pacientes pero, por el momento, todos los intentos han resultado fallidos.. Ahora, un equipo de científicos de la Universidad Case de la Reserva Occidental (Estados Unidos) ha hecho públicos los prometedores resultados de un ensayo clínico con pacientes con un tipo hereditario de ELA más frecuente en Brasil, que está causada por una mutación en la proteína B de membrana asociada a vesículas (gen VAPB). Se denomina ELA Tipo VIII y se caracteriza por su aparición temprana (en la treintena) y por tener un progreso muy lento de afectación motora.. Usando células madre pluripotentes- creadas en laboratorio- de estos voluntarios, los investigadores han conseguido atacar el gen VAPB, que es clave para el desarrollo de la enfermedad. Los resultados, publicados en la revista EMBO Molecular Medicine, abren la puerta a seguir investigando el papel de los inhibidores de la respuesta integrada al estrés (ISR, por sus siglas en inglés). Este mecanismo, que en un principio es útil, mantenido en el tiempo reduce la producción de proteínas y daña la supervivencia celular, afectando directamente a las neuronas motoras.. Según han explicado, el gen VAPB proporciona instrucciones para la producción de una proteína que ayuda a conectar diferentes partes de la célula para que puedan comunicarse y responder al estrés. «Esto es especialmente importante en las células nerviosas», ha apuntado la investigadora principal, Helen Cristina Miranda, que ha precisado que, al deteriorarse, las neuronas se vuelven más vulnerables a la degeneración, según informa Ep.. Para el estudio, utilizaron células madre pluripotentes inducidas (iPSC, por sus siglas en inglés), un tipo de célula creada en el laboratorio a partir de la piel o la sangre de una persona que puede transformarse en casi cualquier tipo de célula del cuerpo. Las iPSC de los pacientes de ELA sirvieron para cultivar sus neuronas motoras en una placa de cultivo, lo que permitió a los científicos estudiar la enfermedad con células humanas reales. Entre los hallazgos, los investigadores descubrieron cómo una mutación en el gen VAPB puede interrumpir la comunicación entre partes clave de la célula. Esta alteración conduce a la activación crónica del ISR, que identificaron como potencial objetivo terapéutico. «También demostramos que bloquear esta respuesta al estrés puede revertir el daño en el laboratorio, un paso prometedor hacia futuros tratamientos», ha resaltado Miranda, profesora asociada de genética y ciencias del genoma en la Facultad de Medicina de la Universidad Case de la Reserva Occidental.. A partir de estos resultados, el equipo se ha propuesto continuar estudiando la respuesta de las neuronas motoras de la ELA al estrés. «Actualmente estamos probando inhibidores de ISR en modelos neuromusculares más complejos y explorando cómo este enfoque podría beneficiar a otros subtipos de ELA», ha detallado Miranda.. Diversos investigadores españoles han valorado en ensayo en la plataforma científica Science Media Center España. El jefe clínico de Neurología del Hospital Universitario de Donostia, Adolfo López de Munuain ha destacado que este es un estudio «sólido» pero con «limitaciones», al tratarse de una recreación artificial de lo que ocurre ‘in vivo’. Según ha detallado, los resultados del trabajo pueden «abrir la puerta a aproximaciones terapéuticas con inhibidores como la molécula ISRIB o similares, así como a intentar analizar en contexto clínico cuál es el peso de este mecanismo en casos de ELA esporádicas, de cara a estratificar los pacientes en los ensayos».. Para Juan Alberto Ortega, profesor e investigador del departamento de Patología y Terapéutica Experimental de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Barcelona, «es un estudio clásico y robusto, en donde inteligentemente se utilizan métodos genéticos para estudiar el efecto en neuronas motoras de la proteína mutada en los pacientes, VAPB, en su forma sana o mutada (P56S) asociada a la ELA tipo VIII. Por lo general, las conclusiones están bien respaldadas por datos sólidos que incluyen análisis funcionales, moleculares y morfológicos, así como rescate fenotípico mediante inhibición farmacológica de la respuesta integrada al estrés (ISR)».