Dos figuras importantes del siglo XIX, que tienen un papel significativo en la historia de la Iglesia Católica, han sido objeto de atención recientemente. Uno de ellos es el santo británico John Henry Newman, quien también tiene relevancia para el anglicanismo. Gabriel García Moreno, quien fue presidente de Ecuador y un devoto católico, fue asesinado debido a su fe hace exactamente 150 años. Su «culpa» radica en haber sido el primer líder político a nivel mundial que dedicó oficialmente su nación al Sagrado Corazón de Jesús. Newman fue un sacerdote anglicano inglés del siglo XIX que se convirtió al catolicismo y fue un ferviente defensor del «Movimiento de Oxford», un movimiento religioso anglicano que surgió en la universidad del mismo nombre. Este movimiento buscaba revitalizar la fe en un período de gran secularización. La importancia de Newman también se refleja en el gran número de convertidos al catolicismo que fueron anglicanos destacados y que siguieron su ejemplo. El Papa León XIII lo nombró cardenal en 1899, justo un año antes de su muerte, y en 2010, Benedicto XVI lo beatificó durante una misa masiva en Birmingham, Inglaterra. Francisco lo proclamó santo en 2019 y ahora León XIV le ha otorgado el título de «Doctor de la Iglesia», una distinción que solo poseen 37 santos.
La importancia de Newman se destaca, además, por el gran número de anglicanos distinguidos que decidieron convertirse al catolicismo tras su propia conversión.
En los últimos días, dos figuras importantes del siglo XIX, relevantes para la Iglesia Católica, han estado en el centro de atención. Uno de esos santos británicos es John Henry Newman, quien también tiene relevancia para la fe anglicana. Gabriel García Moreno, presidente de Ecuador y devoto católico, fue asesinado hace exactamente 150 años debido a su fe. Su «culpa» radica en haber sido el primer líder político a nivel mundial en dedicar formalmente a su nación al Sagrado Corazón de Jesús. Newman fue un inglés del siglo XIX, un presbítero anglicano que se convirtió al catolicismo y fue un defensor del «Movimiento de Oxford», un movimiento religioso anglicano que surgió en la universidad con ese nombre, cuyo objetivo era revitalizar la fe durante un período de notable secularización. La importancia de Newman también se refleja en el gran número de conversiones al catolicismo que ocurrieron entre prominentes anglicanos tras la suya. El papa León XIII lo nombró cardenal en 1899, un año antes de su muerte, y Benedicto XVI lo beatificó durante una misa masiva en Birmingham, Inglaterra, en 2010. Francisco lo elevó a la canonización en 2019, y recientemente, León XIV le ha otorgado el título de «Doctor de la Iglesia», una distinción que solo poseen 37 santos.