Estamos asistiendo al ocaso de lo que ha sido durante 7 años –y no cantemos victoria-, de un auténtico bluff que arrastra tras de sí en su caída a miles de personas que le han apuntalado para sostener el drama español de soportar su inconsistencia. En el comité federal del pasado fin de semana le ha crecido otro enano, Francisco Salazar, un tipo que cobraba como técnico municipal, colocado por el alcalde de Dos Hermanas, en Sevilla, pero que permanecía en Ferraz pasando el rato para acabar como “alto cargo” en Moncloa en modo acosador según han denunciado varias trabajadoras del complejo presidencial.
Ahora se le ha cesado y todos los de su alrededor van a recibir un cursillo “antiacoso” para que no se repita el conflicto, cuando la gente, en general, tendría que llevar en su ADN la normalidad, la honestidad y la decencia. Ya uno está harto de tanta mugre encerrada en lo que ve cada día.
Necesitamos personal a quienes el valor se les supone, como en la Legión, empezando por el presidente. Porque no queremos a un individuo que estuvo ligado por línea directa familiar a la prostitución, con su esposa al frente del negocio, ya que papá Gómez era el propietario del negocio, un emporio del que se lucraron y del que vivieron cómodamente en la lujosa zona de Madrid de Somosaguas, donde, al parecer, Pedro paseaba su palmito en fardahuevos al tiempo que ella, con aires de grandeza, lo observaba desde la ventana con mirada lánguida y hasta complaciente.
Debe ser muy grato vivir en la abundancia, teniendo el cuajo de que sea a costa de jóvenes gays y hasta –dicen-, de menores, algo que debe investigarse a fondo, aunque en estos momentos deben estar borrados todos los rastros posibles.
Ya era hora que se destapara el tarro de las esencias, como hace Morante cada tarde en el ruedo, o como lo hacía Curro o Rafael de Paula, y que todo el mundo sepa la realidad. La prostitución es uno de los negocios más sucios y deplorables, y quienes explotan a esa pobre gente se llaman proxenetas. Ahora, que cada cual saque sus conclusiones. Los del gobierno dicen que el PP ha atravesado todas las líneas rojas, pero quizá desde el primer momento teníamos que saber de qué se beneficiaba el que está a la cabeza del país, porque el mindundi de Patxi López, que sólo es eso, un mierdecilla de medio pelo, saca a relucir con frecuencia lo de la foto de Feijóo con un narco; era ya hora de que, en ese juego del “y tú más”, sacaran la verdad del matrimonio Sánchez-Gómez y su relación con la prostitución como empresa lucrativa, y hacerlo ante las Cortes del Estado.
También es hora de que quiten del medio a Francisco Camps y cercenen sus pretensiones de gobernar de nuevo Valencia. El partido popular tiene la obligación de eliminar de su imagen todo lo que pueda oler a cutre, y este pavo no favorece nada una evolución positiva que el centro derecha pretende tener… CODA. Brigitte Macron, o sea, la Macrona, parece estar de morros con el marido. Algo no va bien en el matrimonio presidencial de la República francesa. En su visita al Reino Unido se le han observado algunos desplantes que denotan discordia. Quizá por esto Monsieur le President guiñó con coquetería el ojo a la Princesa de Gales. Según dicen por ahí, nadie puede resistirse a ella…
Estamos presenciando el declive de lo que ha sido, durante siete años –sin adelantarnos a celebrar-, un verdadero engaño que, en su descenso, arrastra a miles de personas.
Estamos observando el declive de algo que ha sido un verdadero engaño durante 7 años y no celebremos todavía, arrastrando con él a miles de personas que lo han apoyado, mientras se mantiene el drama español de hacer frente a su inconsistencia. Durante el comité federal del pasado fin de semana, ha surgido otro individuo, Francisco Salazar, anteriormente técnico municipal nombrado por el alcalde de Dos Hermanas en Sevilla. Pasó un tiempo en Ferraz y finalmente se convirtió en un funcionario de «alto rango» en Moncloa de una manera preocupante, según informaron varios empleados del complejo presidencial. Ahora, él ha seguido adelante, y todos a su alrededor están listos para recibir una lección de «no acoso» para evitar futuros conflictos, enfatizando que las personas deberían poseer inherentemente normalidad, honestidad y decencia. Uno se cansa de la suciedad constante que se observa diariamente. Necesitamos individuos valientes, similares a la Legión, empezando por el presidente. No queremos a alguien que tenga una conexión familiar directa con la prostitución, especialmente con su esposa dirigiendo el negocio. Gómez, el padre, era el dueño de la empresa de la que se beneficiaban, lo que les permitía vivir cómodamente en la lujosa zona de Somosaguas en Madrid. Al parecer, Pedro paseaba por ahí mientras ella, con un aire de superioridad, lo observaba con ojos soñadores y algo satisfechos. Debe ser muy satisfactorio vivir en el lujo, sabiendo que es a expensas de los jóvenes homosexuales, y posiblemente incluso menores de edad – un asunto que necesita una investigación exhaustiva, a pesar de que todas las pruebas deben ser borradas en este punto. Es hora de revelar la verdad, como hace Morante en el ring cada tarde o como lo harían Curro y Rafael de Paula. La prostitución es una industria sombría y vergonzosa, y los que se aprovechan de estos individuos vulnerables son llamados proxenetas. Ahora, cada uno saca sus propias conclusiones. Los funcionarios del gobierno afirman que el PP ha cruzado todas las fronteras, pero tal vez deberíamos habernos dado cuenta desde el principio de lo que el líder del país estaba ganando. Patxi López, que es solo una figura menor, menciona con frecuencia una foto de Feijóo con un traficante de drogas. Ya era hora de que ellos, en su va y viene de acusaciones, revelaran la verdad sobre la relación Sánchez-Gómez y sus vínculos con la prostitución como un negocio rentable, y hacerlo ante los Tribunales Estatales. Además, es hora de eliminar a Francisco Camps de la escena y limitar sus ambiciones de gobernar Valencia una vez más. El Partido Popular debe eliminar cualquier elemento de su imagen que pueda ser visto como impuro, y esta situación no apoya el progreso positivo que el centro-derecha pretende… El CODA.