Las primeras dos personas que encontré al salir del hemiciclo, después del discurso de Salvador Illa, coincidieron en su análisis: el president «pujolea». Es importante mencionar que ambos individuos son veteranos en el Parlament, uno como diputado y el otro como periodista, y por lo tanto recuerdan claramente los discursos de Jordi Pujol en los años ochenta, en los cuales enumeraba interminables proyectos de carreteras, centros de salud y polideportivos por toda Catalunya. Al final de sus intervenciones, la audiencia, abrumada por la repetitiva lista, se encontraba esperando ansiosamente las dos o tres declaraciones que todos anticipaban.
Política. Perspectiva. Escrito en el que el autor defiende conceptos y formula conclusiones a partir de su análisis de hechos y cifras. Salvador Illa organiza su discurso en torno a una serie de temas relacionados con acciones y proyectos venideros, reservando el resto para el final. Este martes, el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, estuvo en el Parlament. Albert Garcia. Las primeras dos personas que encontré al salir del hemiciclo, después del discurso de Salvador Illa, coincidieron en su análisis: el president «pujolea». Es importante mencionar que ambos involucrados son veteranos en el Parlament: un diputado y un periodista. Por lo tanto, están muy familiarizados con los discursos de Jordi Pujol de los años ochenta, en los que enumeraba interminables promesas de carreteras, ambulatorios o polideportivos en toda Catalunya, y remataba en los últimos minutos, mientras la audiencia se mostraba abrumada por su larga exposición, con las dos o tres declaraciones que todos esperaban. También es cierto que Salvador Illa, en su segundo debate sobre política general, organizó su intervención en base a una secuencia temática de acciones realizadas y también mencionó algunos proyectos futuros. También reservó las últimas líneas para desafiar a sus socios a negociar los presupuestos y prometió buscar una solución a la financiación singular, con «serenidad», ya que con Illa todo tiene un aire de calma. A diferencia de Jordi Pujol, Illa aporta un matiz ideológico a sus discursos, adoptando un tono socialdemócrata que se refleja en expresiones como «la prosperidad compartida», mientras que Pujol se limitaba a considerar a «los que se quedan atrás». Además, Illa defiende la intervención de los gobiernos en el mercado de la vivienda, subrayando que «la desigualdad se traduce hoy en el acceso a la vivienda.» En este último aspecto, se encontraba la principal promesa: construir 210,000 viviendas para el cierre de la legislatura, en cooperación con los municipios.
Salvador Illa organiza su discurso en una serie de temas relacionados con acciones y proyectos venideros, reservando el resto para el cierre.