Los infartos han comenzado a repuntar en España, una tendencia preocupante que afecta cada vez más a personas de mediana edad. Aunque la mayoría de los factores de riesgo son evitables, el número de casos sigue en aumento, especialmente tras la pandemia de la Covid-19.. Conocer las causas y adoptar hábitos saludables es clave para proteger tu corazón. Los expertos en salud pública consideran que, en general, los hábitos de estilo de vida de la juventud han ido mejorando. La población fuma menos que antes y el tabaquismo se sitúa en el nivel más bajo en 30 años. Además, hay un mayor interés por la vida saludable y el ejercicio físico.. Sin embargo, se produce una incógnita: hay mayor riesgo cardíaco entre personas jóvenes que antes, lo cual sugiere que aún se siguen cometiendo muchos errores a tener en cuenta.. Un repunte preocupante: más infartos desde 2020. Según los datos del Registro RECALCAR de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), las tasas de infarto estaba descendiendo hasta 2019, pero volvieron a subir a partir del año 2020. Este incremento no solo afecta a personas mayores: hasta ahora, el perfil de persona que sufría un ataque al corazón era el de un hombre por encima de los 55 años, pero se observa una tendencia creciente en personas adultas de entre 40 y 55 años.. Tradicionalmente, a esa edad el riesgo de tener un infarto es escaso. «Sin embargo, cada vez se acumulan más factores de riesgo desde edades tempranas, y eso pasa factura antes», señalan los expertos.. Factores de riesgo modificables que elevan el riesgo cardíaco. Los factores de riesgos clásicos que aumentan la predisposición a padecer un infarto siguen siendo los mismos. Entre ellos encontramos: niveles elevados de colesterol «malo» (LDL) en sangre, tensión arterial alta, consumo de sustancias nocivas como el alcohol, el tabaco o las drogas, el sobrepeso y la presencia de diabetes. Pero el problema es que cada vez tenemos peores hábitos de vida o, lo que es lo mismo, «factores de riesgo modificables» que pueden hacer que se produzcan antes.. Ejercicio, dieta y peso, pilares de la salud cardiovascular. La inactividad física está asociada a un mayor riesgo de infarto. Aunque la media de personas inactivas todavía es alta, los especialistas señalan otro problema mayor que puede esconderse detrás del aumento de ataques cardiovasculares: la alimentación. Son muchas las voces expertas que advierten de que cada vez se come peor en España: desde expertas en salud pública cómo Marina Pollán a cardiólogos, como Aurelio Rojas.. En España se consumen más alimentos ultraprocesados que nunca, que son ricos en grasas saturadas, trans y sal, contribuyendo a la acumulación de colesterol en las arterias.. Tabaco, alcohol y estrés: enemigos del corazón. Fumar daña las paredes de los vasos sanguíneos y el alcohol en exceso afecta directamente al músculo cardíaco. Quizás los jóvenes cada vez fumen menos, pero tienen peores cifras de salud mental y una mayor prevalencia de estrés crónico. Los estudios científicos han demostrado que el estrés sostenido eleva la presión arterial y promueve inflamación crónica.. Manejar el estrés con ejercicio regular, descanso adecuado y técnicas de relajación puede marcar la diferencia.. Covid-19 y su impacto cardiovascular a largo plazo. Otra causa detrás del aumento de infartos en España puede encontrarse en la pandemia. Estudios recientes indican que una infección por SARS-CoV-2 puede duplicar el riesgo de infarto o ictus en los tres años siguientes, especialmente tras cuadros graves. Con el tiempo, la Covid-19 ha pasado de ser una enfermedad respiratoria a convertirse en un nuevo factor de riesgo para complicaciones cardiovasculares.. Además, no podemos olvidar que existen otros factores de riesgo no modificables, como la genética o el envejecimiento. Si un familiar directo tuvo un infarto antes de los 55 años, el riesgo personal aumenta considerablemente. Por su parte, la genética influye en cómo metabolizamos el colesterol, el control de la presión arterial y la respuesta inflamatoria.. Prevención: cómo proteger tu corazón a cualquier edad. Alrededor del 80% de los infartos ocurren en mayores de 65 años. Sin embargo, la presencia de malos hábitos está provocando que aparezcan más infartos en jóvenes o que sucedan más temprano en la vida. ¿Cómo podemos evitar un infarto? Para mantenerlos a raya, es importante realizar chequeos médicos y controlar parámetros de:. Presión arterial. Colesterol. Glucosa en sangre. Además de acudir al médico ante cualquier síntoma o si tienes antecedentes familiares.. Estilo de vida saludable desde edades tempranas. Adoptar un estilo de vida saludable desde edades tempranas es clave para prevenir infartos a largo plazo:. Haz ejercicio físico regularmente. Mantén un peso adecuado. Sigue una dieta rica en frutas, verduras y granos integrales. Evita el tabaco y modera el consumo de alcohol. Descansa bien y gestiona el estrés. A modo de conclusión, la principal teoría que explica el aumento de infartos en España es la combinación de malos hábitos alimenticios con otros factores como el sedentarismo, enfermedades mal controladas, efectos post-Covid y genética. Sin embargo, la mayoría de los factores son modificables. Con una intervención a tiempo, se puede reducir drásticamente el riesgo de infarto y mejorar la calidad de vida.
Aumentan los episodios de ataque cardíaco en el país, incluso en adultos mejores de 50. Descubre causas, riesgos y cómo prevenirlos con hábitos saludables y chequeos médicos
Los infartos han comenzado a repuntar en España, una tendencia preocupante que afecta cada vez más a personas de mediana edad. Aunque la mayoría de los factores de riesgo son evitables, el número de casos sigue en aumento, especialmente tras la pandemia de la Covid-19.. Conocer las causas y adoptar hábitos saludables es clave para proteger tu corazón. Los expertos en salud pública consideran que, en general, los hábitos de estilo de vida de la juventud han ido mejorando. La población fuma menos que antes y el tabaquismo se sitúa en el nivel más bajo en 30 años. Además, hay un mayor interés por la vida saludable y el ejercicio físico.. Sin embargo, se produce una incógnita: hay mayor riesgo cardíaco entre personas jóvenes que antes, lo cual sugiere que aún se siguen cometiendo muchos errores a tener en cuenta.. Un repunte preocupante: más infartos desde 2020. Según los datos del Registro RECALCAR de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), las tasas de infarto estaba descendiendo hasta 2019, pero volvieron a subir a partir del año 2020. Este incremento no solo afecta a personas mayores: hasta ahora, el perfil de persona que sufría un ataque cardíaco era el de un hombre por encima de los 55 años, pero se observa una tendencia creciente en personas adultas de entre 40 y 55 años.. Tradicionalmente, a esa edad el riesgo de tener un infarto es escaso. «Sin embargo, cada vez se acumulan más factores de riesgo desde edades tempranas, y eso pasa factura antes», señalan los expertos.. Factores de riesgo modificables que elevan el riesgo cardíaco. Los factores de riesgos clásicos que aumentan la predisposición a padecer un infarto siguen siendo los mismos. Entre ellos encontramos: niveles elevados de colesterol «malo» (LDL) en sangre, tensión arterial alta, consumo de sustancias nocivas como el alcohol, el tabaco o las drogas, el sobrepeso y la presencia de diabetes. Pero el problema es que cada vez tenemos peores hábitos de vida o, lo que es lo mismo, «factores de riesgo modificables» que pueden hacer que se produzcan antes.. Ejercicio, dieta y peso, pilares de la salud cardiovascular. La inactividad física está asociada a un mayor riesgo de infarto. Aunque la media de personas inactivas todavía es alta, los especialistas señalan otro problema mayor que puede esconderse detrás del aumento de ataques cardiovasculares: la alimentación. Son muchas las voces expertas que advierten de que cada vez se come peor en España: desde expertas en salud pública cómo Marina Pollán a cardiólogos, como Aurelio Rojas.. En España se consumen más alimentos ultraprocesados que nunca, que son ricos en grasas saturadas, trans y sal, contribuyendo a la acumulación de colesterol en las arterias.. Tabaco, alcohol y estrés crónico: enemigos del corazón. Fumar daña las paredes de los vasos sanguíneos y el alcohol en exceso afecta directamente al músculo cardíaco. Quizás los jóvenes cada vez fumen menos, pero tienen peores cifras de salud mental y una mayor prevalencia de estrés crónico. Los estudios científicos han demostrado que el estrés sostenido eleva la presión arterial y promueve inflamación crónica.. Manejar el estrés con ejercicio regular, descanso adecuado y técnicas de relajación puede marcar la diferencia.. Covid-19 y su impacto cardiovascular a largo plazo. Otra causa detrás del aumento de infartos en España puede encontrarse en la pandemia. Estudios recientes indican que una infección por SARS-CoV-2 puede duplicar el riesgo de infarto o ictus en los tres años siguientes, especialmente tras cuadros graves. Con el tiempo, la Covid-19 ha pasado de ser una enfermedad respiratoria a convertirse en un nuevo factor de riesgo para complicaciones cardiovasculares.. Además, no podemos olvidar que existen otros factores de riesgo no modificables, como la genética o el envejecimiento. Si un familiar directo tuvo un infarto antes de los 55 años, el riesgo personal aumenta considerablemente. Por su parte, la genética influye en cómo metabolizamos el colesterol, el control de la presión arterial y la respuesta inflamatoria.. Prevención: cómo proteger tu corazón a cualquier edad. Alrededor del 80% de los infartos ocurren en mayores de 65 años. Sin embargo, la presencia de malos hábitos en la juventud está provocando que los infartos aparezcan cada vez más temprano. Para mantenerlos a raya, es importante realizar chequeos médicos y controlar parámetros de:. Presión arterial. Colesterol. Glucosa en sangre. Además de acudir al médico ante cualquier síntoma o si tienes antecedentes familiares.. Estilo de vida saludable desde edades tempranas. Adoptar un estilo de vida saludable desde edades tempranas es clave para prevenir infartos a largo plazo:. Haz ejercicio físico regularmente. Mantén un peso adecuado. Sigue una dieta rica en frutas, verduras y granos integrales. Evita el tabaco y modera el consumo de alcohol. Descansa bien y gestiona el estrés. A modo de conclusión, la principal teoría que explica el aumento de infartos en España es la combinación de malos hábitos alimenticios con otros factores como el sedentarismo, enfermedades mal controladas, efectos post-Covid y genética. Sin embargo, la mayoría de los factores son modificables. Con una intervención a tiempo, se puede reducir drásticamente el riesgo de infarto y mejorar la calidad de vida.