Está muy de actualidad aludir al Muro de Berlín para referirse al «muro» que entre españoles se está intentando levantar por parte de algunos, para dividirles y enfrentarles entre sí. Y asimismo se hace referencia a que ese «muro» caerá, como cayó el de Berlín, desplomándose pacíficamente por la presión popular. Es ésta una verdad, pero incompleta, por lo que es oportuno recordar y explicar cuál fue la causa eficiente de esa caída del Muro que dividía a la Europa comunista soviética de la Europa occidental, manteniendo a centenares de millones de personas, en una virtual y gigantesca prisión. Ese Muro de 155 km en total se construyó en una secreta y gran operación logística realizada en la noche del 12 al 13 de agosto de 1961, dividiendo a la población de Berlín Este, la zona oriental comunista de la ciudad, de la del resto. Y además rodeando a toda la frontera de la RDA, con el Berlín Occidental. La evolución posterior, con la «Guerra Fría» entre EE UU y la URSS motivó que se produjera una masiva salida de ciudadanos de la entonces RDA –la República Democrática (Alemania comunista)– hacia el Berlín Occidental y hacia la República Federal (Alemania occidental). Lo que llevo al líder comunista de la URSS Nikita Kruschev a la construcción de ese Muro para impedirlo. Para conocer la causa «eficiente» o «causa de las causas» de esa caída pacífica, es preciso recordar datos que sustentan lo que realmente la motivó. Y tomar nota de que para explicar la Historia del siglo XX y del actual siglo XXI es necesario mirar a lo sucedido en la pequeña aldea portuguesa de Fátima en 1917. En primer lugar, hemos de tener presente la frase de san Juan Pablo II que encabeza todos los capítulos de esta serie de Teología de la Historia respecto a los designios de la providencia, y sus no «meras coincidencias». De esta forma si nos fijamos en la fecha de su construcción observamos que fue la noche del 12 al 13 de agosto de 1961, fecha muy significativa vinculada a Fátima. Precisamente el 13 de agosto fue el único día 13, entre mayo y octubre de 1917, en que la Virgen no pudo aparecerse a los tres Pastorinhos como les había manifestado deseaba hacer. Fue debido a que el alcalde de la Vila da Ourem, municipio al que pertenecía la aldea de Fátima, les había detenido con engaño llevándoselos a su ayuntamiento para acabar con aquellos acontecimientos que cada vez convocaban a más personas venidas de todo Portugal. La Virgen expresaría más tarde «su tristeza» por lo sucedido, y su «alegría» cuando tras ser puestos en libertad pudo volver a aparecérseles el 19 de agosto, y no en la Cova da Iria sino en el Aljustrel. Retengamos estas fechas: 13 de agosto tristeza, y 19 de agosto alegría, de la Virgen. El Muro de Berlín cayó el 9 de noviembre de 1989 y dos años después cayó también, y como un castillo de naipes, la misma URSS, la superpotencia comunista. Ambos extraordinarios acontecimientos sin violencia alguna, lo que se consideraba algo absolutamente imposible en plena «Guerra Fría» entre los dos bloques geopolíticos surgidos tras la Segunda Guerra Mundial en 1945. ¿Qué había sucedido para que tal inimaginable acontecimiento se produjera? Vamos a explicarlo. Hacemos un breve retorno en la Historia hasta el 13 de mayo de 1981, en la Plaza de San Pedro del Vaticano. A las 17,19 horas, el Papa Juan Pablo II desde el papamóvil va dando la bendición a la multitud que se agolpa a su paso, cuando un terrorista Ali Agca, casi a bocajarro le lanza varios disparos. Es conocido que agonizante fue trasladado al Policlinico Gemelli y en una dramática intervención a vida o muerte, sobrevivió. Tras una larga temporada de recuperación, un año después fue a Fátima a darle gracias a la Virgen «por haberle salvado la vida».Pronunciará entonces esa frase que citamos, e interpretó que todo lo sucedido le hizo entender que «la Iglesia y el Papa debían mirar al mensaje de Fátima porque en los designios de la Providencia no hay meras coincidencias». Su pontificado dio un significativo giro anunciando su voluntad de hacer la Consagración pedida por la Virgen el 13 de julio de 1917 a los pastorinhos. Lo pedido aquel día fue la «Consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón por el Papa, en comunión con todos los obispos del mundo». Ello, para evitar la que sería la Segunda Guerra Mundial, y «la expansión de los errores de Rusia por el mundo». Tres meses después de aquel lejano día, la revolución bolchevique transformaría a Rusia en la URSS, y «sus errores» serían el comunismo. Cuando el Papa sufrió el atentado, la tensión entre las dos superpotencias era muy elevada con un riesgo real de un conflicto nuclear, y Juan Pablo II anunciaría su decisión de hacer esa consagración. La efectuará el 25 de marzo de 1984 en la Plaza de San Pedro en una solemne ceremonia ante la imagen de la Virgen de Fátima traída a petición suya desde la Capelinha de la Cova da Iria. Y la Historia mundial daría un vuelco tan inesperado como extraordinario. Se sucedieron diversos hechos políticos y militares a partir del anuncio de esa ceremonia, sucediéndose en apenas tres años, cuatro máximos dirigentes soviéticos –Breznev, Andropov, Chernenko y finalmente Gorbachov– al ir falleciendo todos sucesivamente. Militarmente, el gran accidente en la base militar de los misiles de la flota del Báltico el 13 de mayo de 1984 (…¡! y el accidente de la central nuclear de Chernóbil) tuvieron un impacto enorme. El Muro cayó el 9 de noviembre de 1989, exactamente el mismo día 9 de noviembre, que Juan Pablo II finalizó su primera y extensa visita apostólica a España en 1982, poco después de su primera visita a Fátima. Lo hizo desde el Finisterre Europeo, desde la catedral de Santiago de Compostela en un memorable discurso: «¡Europa sé tú misma!, ¡aviva tus raíces…!». Pero el principio de ese desplome del Muro fue el 19 de agosto (día de alegría de la Virgen), en un lugar de la frontera austro-húngara donde se convocó un «pic nic paneuropeo por la paz». Un monumento en aquel mismo lugar evoca ese día como el del comienzo de la riada humana que desde allí llegará hasta el Muro que se desmoronaría el día citado. Este proceso se repetirá análogamente dos años después en 1991. El día de la Inmaculada Concepción, 8 de diciembre, dejará de existir la Unión Soviética: el Inmaculado Corazón de María es el Corazón de la Inmaculada Concepción. Pero, además, el comienzo de los eventos que precipitarían ese acontecimiento fue precisamente el 19 de agosto de ese 1991. El ala más radical del Politburó soviético, opuesto a la Perestroika de Gorbachov, dio un golpe de Estado contra él, aprovechando que estaba de vacaciones en la Dacha presidencial de Crimea. Ese golpe militar fracasó ese día y precipitó la desaparición del 8 de diciembre. Y por cierto, el Muro fue construido el13 de agosto de 1961(día de tristeza de la Virgen), y en el año siguiente a 1960, que es el año que Ella había pedido a Lucía en 1944, que el denominado «Tercer secreto» debía haberse dado a conocer. No se le hizo caso tampoco a esa petición y a continuación se construyó aquel Muro. «Casualmente», en 1960 estaba en pleno proceso de preparación el Concilio Ecuménico Vaticano II, el mayor acontecimiento eclesial del siglo. Y todos los obispos del mundo estaban en el corazón De la Iglesia, en la Basílica de San Pedro de Roma, reunidos en torno al Papa: providencial ocasión para efectuar la Consagración de Rusia tal y como fue pedida por la Virgen. Y no se hará la Consagración ni se condenará el comunismo… Será el Pacto de Metz de agosto de 1962 poco antes de comenzar el Concilio, entre el Vaticano y el Patriarcado Ortodoxo de Moscú: «Ni consagración de Rusia ni condena del comunismo», a cambio de que asistiera una representación de la Iglesia ortodoxa moscovita al Concilio Ecuménico. Teología de la Historia.
Está muy de actualidad aludir al Muro de Berlín para referirse al «muro» que entre españoles se está intentando levantar por parte de algunos, para dividirles y enfrentarles entre sí. Y asimismo se hace referencia a que ese «muro» caerá, como cayó el de Berlín, desplomándose pacíficamente por la presión popular. Es ésta una verdad, pero incompleta, por lo que es oportuno recordar y explicar cuál fue la causa eficiente de esa caída del Muro que dividía a la Europa comunista soviética de la Europa occidental, manteniendo a centenares de millones de personas, en una virtual y gigantesca prisión. Ese Muro de 155 km en total se construyó en una secreta y gran operación logística realizada en la noche del 12 al 13 de agosto de 1961, dividiendo a la población de Berlín Este, la zona oriental comunista de la ciudad, de la del resto. Y además rodeando a toda la frontera de la RDA, con el Berlín Occidental. La evolución posterior, con la «Guerra Fría» entre EE UU y la URSS motivó que se produjera una masiva salida de ciudadanos de la entonces RDA –la República Democrática (Alemania comunista)– hacia el Berlín Occidental y hacia la República Federal (Alemania occidental). Lo que llevo al líder comunista de la URSS Nikita Kruschev a la construcción de ese Muro para impedirlo. Para conocer la causa «eficiente» o «causa de las causas» de esa caída pacífica, es preciso recordar datos que sustentan lo que realmente la motivó. Y tomar nota de que para explicar la Historia del siglo XX y del actual siglo XXI es necesario mirar a lo sucedido en la pequeña aldea portuguesa de Fátima en 1917. En primer lugar, hemos de tener presente la frase de san Juan Pablo II que encabeza todos los capítulos de esta serie de Teología de la Historia respecto a los designios de la providencia, y sus no «meras coincidencias». De esta forma si nos fijamos en la fecha de su construcción observamos que fue la noche del 12 al 13 de agosto de 1961, fecha muy significativa vinculada a Fátima. Precisamente el 13 de agosto fue el único día 13, entre mayo y octubre de 1917, en que la Virgen no pudo aparecerse a los tres Pastorinhos como les había manifestado deseaba hacer. Fue debido a que el alcalde de la Vila da Ourem, municipio al que pertenecía la aldea de Fátima, les había detenido con engaño llevándoselos a su ayuntamiento para acabar con aquellos acontecimientos que cada vez convocaban a más personas venidas de todo Portugal. La Virgen expresaría más tarde «su tristeza» por lo sucedido, y su «alegría» cuando tras ser puestos en libertad pudo volver a aparecérseles el 19 de agosto, y no en la Cova da Iria sino en el Aljustrel. Retengamos estas fechas: 13 de agosto tristeza, y 19 de agosto alegría, de la Virgen. El Muro de Berlín cayó el 9 de noviembre de 1989 y dos años después cayó también, y como un castillo de naipes, la misma URSS, la superpotencia comunista. Ambos extraordinarios acontecimientos sin violencia alguna, lo que se consideraba algo absolutamente imposible en plena «Guerra Fría» entre los dos bloques geopolíticos surgidos tras la Segunda Guerra Mundial en 1945. ¿Qué había sucedido para que tal inimaginable acontecimiento se produjera? Vamos a explicarlo. Hacemos un breve retorno en la Historia hasta el 13 de mayo de 1981, en la Plaza de San Pedro del Vaticano. A las 17,19 horas, el Papa Juan Pablo II desde el papamóvil va dando la bendición a la multitud que se agolpa a su paso, cuando un terrorista Ali Agca, casi a bocajarro le lanza varios disparos. Es conocido que agonizante fue trasladado al Policlinico Gemelli y en una dramática intervención a vida o muerte, sobrevivió. Tras una larga temporada de recuperación, un año después fue a Fátima a darle gracias a la Virgen «por haberle salvado la vida».Pronunciará entonces esa frase que citamos, e interpretó que todo lo sucedido le hizo entender que «la Iglesia y el Papa debían mirar al mensaje de Fátima porque en los designios de la Providencia no hay meras coincidencias». Su pontificado dio un significativo giro anunciando su voluntad de hacer la Consagración pedida por la Virgen el 13 de julio de 1917 a los pastorinhos. Lo pedido aquel día fue la «Consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón por el Papa, en comunión con todos los obispos del mundo». Ello, para evitar la que sería la Segunda Guerra Mundial, y «la expansión de los errores de Rusia por el mundo». Tres meses después de aquel lejano día, la revolución bolchevique transformaría a Rusia en la URSS, y «sus errores» serían el comunismo. Cuando el Papa sufrió el atentado, la tensión entre las dos superpotencias era muy elevada con un riesgo real de un conflicto nuclear, y Juan Pablo II anunciaría su decisión de hacer esa consagración. La efectuará el 25 de marzo de 1984 en la Plaza de San Pedro en una solemne ceremonia ante la imagen de la Virgen de Fátima traída a petición suya desde la Capelinha de la Cova da Iria. Y la Historia mundial daría un vuelco tan inesperado como extraordinario. Se sucedieron diversos hechos políticos y militares a partir del anuncio de esa ceremonia, sucediéndose en apenas tres años, cuatro máximos dirigentes soviéticos –Breznev, Andropov, Chernenko y finalmente Gorbachov– al ir falleciendo todos sucesivamente. Militarmente, el gran accidente en la base militar de los misiles de la flota del Báltico el 13 de mayo de 1984 (…¡! y el accidente de la central nuclear de Chernóbil) tuvieron un impacto enorme. El Muro cayó el 9 de noviembre de 1989, exactamente el mismo día 9 de noviembre, que Juan Pablo II finalizó su primera y extensa visita apostólica a España en 1982, poco después de su primera visita a Fátima. Lo hizo desde el Finisterre Europeo, desde la catedral de Santiago de Compostela en un memorable discurso: «¡Europa sé tú misma!, ¡aviva tus raíces…!». Pero el principio de ese desplome del Muro fue el 19 de agosto (día de alegría de la Virgen), en un lugar de la frontera austro-húngara donde se convocó un «pic nic paneuropeo por la paz». Un monumento en aquel mismo lugar evoca ese día como el del comienzo de la riada humana que desde allí llegará hasta el Muro que se desmoronaría el día citado. Este proceso se repetirá análogamente dos años después en 1991. El día de la Inmaculada Concepción, 8 de diciembre, dejará de existir la Unión Soviética: el Inmaculado Corazón de María es el Corazón de la Inmaculada Concepción. Pero, además, el comienzo de los eventos que precipitarían ese acontecimiento fue precisamente el 19 de agosto de ese 1991. El ala más radical del Politburó soviético, opuesto a la Perestroika de Gorbachov, dio un golpe de Estado contra él, aprovechando que estaba de vacaciones en la Dacha presidencial de Crimea. Ese golpe militar fracasó ese día y precipitó la desaparición del 8 de diciembre. Y por cierto, el Muro fue construido el13 de agosto de 1961(día de tristeza de la Virgen), y en el año siguiente a 1960, que es el año que Ella había pedido a Lucía en 1944, que el denominado «Tercer secreto» debía haberse dado a conocer. No se le hizo caso tampoco a esa petición y a continuación se construyó aquel Muro. «Casualmente», en 1960 estaba en pleno proceso de preparación el Concilio Ecuménico Vaticano II, el mayor acontecimiento eclesial del siglo. Y todos los obispos del mundo estaban en el corazón De la Iglesia, en la Basílica de San Pedro de Roma, reunidos en torno al Papa: providencial ocasión para efectuar la Consagración de Rusia tal y como fue pedida por la Virgen. Y no se hará la Consagración ni se condenará el comunismo… Será el Pacto de Metz de agosto de 1962 poco antes de comenzar el Concilio, entre el Vaticano y el Patriarcado Ortodoxo de Moscú: «Ni consagración de Rusia ni condena del comunismo», a cambio de que asistiera una representación de la Iglesia ortodoxa moscovita al Concilio Ecuménico. Teología de la Historia.
De 155 kilómetros en total, se construyó en una secreta y gran operación logística en la noche del 12 al 13 de agosto de 1961, dividiendo a la población de Berlín Este
Está muy de actualidad aludir al Muro de Berlín para referirse al «muro» que entre españoles se está intentando levantar por parte de algunos, para dividirles y enfrentarles entre sí. Y asimismo se hace referencia a que ese «muro» caerá, como cayó el de Berlín, desplomándose pacíficamente por la presión popular. Es ésta una verdad, pero incompleta, por lo que es oportuno recordar y explicar cuál fue la causa eficiente de esa caída del Muro que dividía a la Europa comunista soviética de la Europa occidental, manteniendo a centenares de millones de personas, en una virtual y gigantesca prisión. Ese Muro de 155 km en total se construyó en una secreta y gran operación logística realizada en la noche del 12 al 13 de agosto de 1961, dividiendo a la población de Berlín Este, la zona oriental comunista de la ciudad, de la del resto. Y además rodeando a toda la frontera de la RDA, con el Berlín Occidental. La evolución posterior, con la «Guerra Fría» entre EE UU y la URSS motivó que se produjera una masiva salida de ciudadanos de la entonces RDA –la República Democrática (Alemania comunista)– hacia el Berlín Occidental y hacia la República Federal (Alemania occidental). Lo que llevo al líder comunista de la URSS Nikita Kruschev a la construcción de ese Muro para impedirlo. Para conocer la causa «eficiente» o «causa de las causas» de esa caída pacífica, es preciso recordar datos que sustentan lo que realmente la motivó. Y tomar nota de que para explicar la Historia del siglo XX y del actual siglo XXI es necesario mirar a lo sucedido en la pequeña aldea portuguesa de Fátima en 1917. En primer lugar, hemos de tener presente la frase de san Juan Pablo II que encabeza todos los capítulos de esta serie de Teología de la Historia respecto a los designios de la providencia, y sus no «meras coincidencias». De esta forma si nos fijamos en la fecha de su construcción observamos que fue la noche del 12 al 13 de agosto de 1961, fecha muy significativa vinculada a Fátima. Precisamente el 13 de agosto fue el único día 13, entre mayo y octubre de 1917, en que la Virgen no pudo aparecerse a los tres Pastorinhos como les había manifestado deseaba hacer. Fue debido a que el alcalde de la Vila da Ourem, municipio al que pertenecía la aldea de Fátima, les había detenido con engaño llevándoselos a su ayuntamiento para acabar con aquellos acontecimientos que cada vez convocaban a más personas venidas de todo Portugal. La Virgen expresaría más tarde «su tristeza» por lo sucedido, y su «alegría» cuando tras ser puestos en libertad pudo volver a aparecérseles el 19 de agosto, y no en la Cova da Iria sino en el Aljustrel. Retengamos estas fechas: 13 de agosto tristeza, y 19 de agosto alegría, de la Virgen. El Muro de Berlín cayó el 9 de noviembre de 1989 y dos años después cayó también, y como un castillo de naipes, la misma URSS, la superpotencia comunista. Ambos extraordinarios acontecimientos sin violencia alguna, lo que se consideraba algo absolutamente imposible en plena «Guerra Fría» entre los dos bloques geopolíticos surgidos tras la Segunda Guerra Mundial en 1945. ¿Qué había sucedido para que tal inimaginable acontecimiento se produjera? Vamos a explicarlo. Hacemos un breve retorno en la Historia hasta el 13 de mayo de 1981, en la Plaza de San Pedro del Vaticano. A las 17,19 horas, el Papa Juan Pablo II desde el papamóvil va dando la bendición a la multitud que se agolpa a su paso, cuando un terrorista Ali Agca, casi a bocajarro le lanza varios disparos. Es conocido que agonizante fue trasladado al Policlinico Gemelli y en una dramática intervención a vida o muerte, sobrevivió. Tras una larga temporada de recuperación, un año después fue a Fátima a darle gracias a la Virgen «por haberle salvado la vida».Pronunciará entonces esa frase que citamos, e interpretó que todo lo sucedido le hizo entender que «la Iglesia y el Papa debían mirar al mensaje de Fátima porque en los designios de la Providencia no hay meras coincidencias». Su pontificado dio un significativo giro anunciando su voluntad de hacer la Consagración pedida por la Virgen el 13 de julio de 1917 a los pastorinhos. Lo pedido aquel día fue la «Consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón por el Papa, en comunión con todos los obispos del mundo». Ello, para evitar la que sería la Segunda Guerra Mundial, y «la expansión de los errores de Rusia por el mundo». Tres meses después de aquel lejano día, la revolución bolchevique transformaría a Rusia en la URSS, y «sus errores» serían el comunismo. Cuando el Papa sufrió el atentado, la tensión entre las dos superpotencias era muy elevada con un riesgo real de un conflicto nuclear, y Juan Pablo II anunciaría su decisión de hacer esa consagración. La efectuará el 25 de marzo de 1984 en la Plaza de San Pedro en una solemne ceremonia ante la imagen de la Virgen de Fátima traída a petición suya desde la Capelinha de la Cova da Iria. Y la Historia mundial daría un vuelco tan inesperado como extraordinario. Se sucedieron diversos hechos políticos y militares a partir del anuncio de esa ceremonia, sucediéndose en apenas tres años, cuatro máximos dirigentes soviéticos –Breznev, Andropov, Chernenko y finalmente Gorbachov– al ir falleciendo todos sucesivamente. Militarmente, el gran accidente en la base militar de los misiles de la flota del Báltico el 13 de mayo de 1984 (…¡! y el accidente de la central nuclear de Chernóbil) tuvieron un impacto enorme. El Muro cayó el 9 de noviembre de 1989, exactamente el mismo día 9 de noviembre, que Juan Pablo II finalizó su primera y extensa visita apostólica a España en 1982, poco después de su primera visita a Fátima. Lo hizo desde el Finisterre Europeo, desde la catedral de Santiago de Compostela en un memorable discurso: «¡Europa sé tú misma!, ¡aviva tus raíces…!». Pero el principio de ese desplome del Muro fue el 19 de agosto (día de alegría de la Virgen), en un lugar de la frontera austro-húngara donde se convocó un «pic nic paneuropeo por la paz». Un monumento en aquel mismo lugar evoca ese día como el del comienzo de la riada humana que desde allí llegará hasta el Muro que se desmoronaría el día citado. Este proceso se repetirá análogamente dos años después en 1991. El día de la Inmaculada Concepción, 8 de diciembre, dejará de existir la Unión Soviética: el Inmaculado Corazón de María es el Corazón de la Inmaculada Concepción. Pero, además, el comienzo de los eventos que precipitarían ese acontecimiento fue precisamente el 19 de agosto de ese 1991. El ala más radical del Politburó soviético, opuesto a la Perestroika de Gorbachov, dio un golpe de Estado contra él, aprovechando que estaba de vacaciones en la Dacha presidencial de Crimea. Ese golpe militar fracasó ese día y precipitó la desaparición del 8 de diciembre. Y por cierto, el Muro fue construido el13 de agosto de 1961(día de tristeza de la Virgen), y en el año siguiente a 1960, que es el año que Ella había pedido a Lucía en 1944, que el denominado «Tercer secreto» debía haberse dado a conocer. No se le hizo caso tampoco a esa petición y a continuación se construyó aquel Muro. «Casualmente», en 1960 estaba en pleno proceso de preparación el Concilio Ecuménico Vaticano II, el mayor acontecimiento eclesial del siglo. Y todos los obispos del mundo estaban en el corazón De la Iglesia, en la Basílica de San Pedro de Roma, reunidos en torno al Papa: providencial ocasión para efectuar la Consagración de Rusia tal y como fue pedida por la Virgen. Y no se hará la Consagración ni se condenará el comunismo… Será el Pacto de Metz de agosto de 1962 poco antes de comenzar el Concilio, entre el Vaticano y el Patriarcado Ortodoxo de Moscú: «Ni consagración de Rusia ni condena del comunismo», a cambio de que asistiera una representación de la Iglesia ortodoxa moscovita al Concilio Ecuménico. Teología de la Historia.