Todos tenemos pensamientos que nos asaltan de forma recurrente. Nuestra época se ha caracterizado por la poderosa influencia que las redes sociales ejercen en nosotros. De todos los fenómenos que surgen y desaparecen con la rapidez a la que nos hemos acostumbrado en internet, la moda de los vídeos ASMR se ha expandido a todas las temáticas en plataformas como TikTok, Facebook, YouTube o Instagram. Las redes sociales han revelado que los hombres tienen una extraña propensión a pensar en el Imperio Romano, pero también, a someterse a unas extrañas estimulaciones sensoriales producidas por vídeos en los que el sonido tiene, quizás, más importancia que la imagen, y a los que nuestro cerebro responde con una placentera descarga de dopamina. EL PAÍS cuenta en esta entrega de la serie de verano Mi imperio romano, por qué los vídeos ASMR han llegado para quedarse.. Seguir leyendo
Todos tenemos pensamientos que nos asaltan de forma recurrente. Nuestra época se ha caracterizado por la poderosa influencia que las redes sociales ejercen en nosotros. De todos los fenómenos que surgen y desaparecen con la rapidez a la que nos hemos acostumbrado en internet, la moda de los vídeos ASMR se ha expandido a todas las temáticas en plataformas como TikTok, Facebook, YouTube o Instagram. Las redes sociales han revelado que los hombres tienen una extraña propensión a pensar en el Imperio Romano, pero también, a someterse a unas extrañas estimulaciones sensoriales producidas por vídeos en los que el sonido tiene, quizás, más importancia que la imagen, y a los que nuestro cerebro responde con una placentera descarga de dopamina. EL PAÍS cuenta en esta entrega de la serie de verano Mi imperio romano, por qué los vídeos ASMR han llegado para quedarse.. En una de sus tomas más populares, uno de los canales de deportes extremos más importantes en la actualidad, empezó a colgar vídeos de varios de sus atletas, con un énfasis especial en el sonido. En una de las escenas, el ciclista de montaña noruego Brage Vestavik ejecuta derrapes, saltos o caballitos con una técnica perfecta, con la particularidad de que, además de las imágenes impresionantes, se escucha a la perfección el trajín mecánico de la bicicleta al descender, el sonido de las ruedas en cada derrape o el de los componentes de la bicicleta. “No sé por qué, pero esto es muy relajante”, escribe uno de los asistentes en la sección de comentarios. En realidad, el del ciclista noruego es uno de los miles de vídeos en la plataforma que utilizan el ASMR precisamente con el objetivo de relajar y estimular a quienes los miran.. En un principio, los vídeos colgados en redes sociales con este acrónimo aportaban una sensación física y psicológica de calma y tranquilidad. Los vídeos acumulan miles de visitas gracias a sonidos como susurros, los que produce la manipulación de objetos, una respiración o las páginas de un libro al pasar. El fenómeno se ha ido expandiendo hasta abarcar cualquier tema, algunos incluso crueles o denigrantes.. “Existe una notable variabilidad entre individuos en cuanto a los efectos de los vídeos ASMR, estos contenidos parecen activar sistemas de respuesta asociados al cuidado y la intimidad, como caricias o susurros, junto con sonidos rítmicos y frecuencias que evocan sensaciones similares a las producidas por una brisa suave, las olas rompiendo delicadamente en la orilla o incluso el sonido de masticar alimentos, como patatas fritas en nuestra propia boca”, explica Carlos Losada, psicólogo de la Asociación Española de Psicólogos Clínicos.. Aunque no existe evidencia para llegar a una conclusión definitiva, según algunos expertos es posible formular la hipótesis de que los vídeos ASMR activan mecanismos cerebrales similares a los de la meditación. “Las zonas del cerebro que se activan son las zonas de recompensa, son sistemas dopaminérgicos que producen sensaciones agradables, hipotéticamente, porque la evidencia es muy escasa”, relata el neurólogo Álvaro Sánchez Ferro.. La serie titulada Sound of speed, (el sonido de la velocidad), en la que participa el ciclista noruego, no es la única que ha dado el salto a poner el mismo énfasis en los micrófonos utilizados para la grabación, que en las tomas de vídeo. Uno de los vídeos más populares del influencer español Victor Sanchego, es uno en el que el jamonero corta varias lonchas de jamón con distintos utensilios. El fenómeno se repite en casi todos los casos. Los vídeos acumulan millones de visualizaciones y miles de comentarios de usuarios satisfechos.. Víctor Sanchego, en un vídeo publicado en su cuenta de Instagram.. El creador de contenido empezó a hacer vídeos en YouTube después de trabajar 12 años en el oficio de la charcutería. “Subí un vídeo de lo que sabía hacer, que era cortar jamón. Explicaba cómo cortarlo, qué herramientas utilizar y se volvió superviral. Primero empecé con la aplicación de TikTok y de ahí empecé a subir vídeos a todas las redes”, explica. En los últimos años, Sanchego ha notado que el contenido que mejor funciona son los vídeos ASMR, porque según explica, “son bastante relajantes”.. Hoy en día basta con introducir el hashtag ASMR en alguna de las redes sociales más visitadas para toparse con miles de vídeos de este tipo. En una vuelta de tuerca, a principios de año la Casa Blanca colgó un vídeo en su cuenta de X titulado ASMR: Vuelo de deportación de inmigrantes ilegales. El Gobierno de Trump mostró entonces a decenas de migrantes abordando un vuelo de deportación desde Estados Unidos. Todos subían a la aeronave encadenados de pies y manosmientras se escuchaban los ruidos de cadenas, las turbinas del avión y las pisadas de los migrantes mientras subían la escalera del avión que los llevaría de vuelta a sus países. Cabe preguntarse si modas como esta tardarán mucho en dejarnos.
El fenómeno de los vídeos con respuesta sensorial meridiana autónoma (ASMR) ha explotado hasta abarcar vídeos tan diversos como algunos de deportes extremos, peluquería o gastronomía