Poco a poco, la lucha por el título de pilotos se está recrudeciendo. Para beneficio de los aficionados, el hecho de que un equipo sea claro dominador, como es el caso de McLaren, ha provocado que sus dos pilotos tengan vía libre para pelear. Ya no tienen que actuar en función del Mundial de Constructores porque no pelean con nadie. Ferrari, Red Bull y Mercedes quedan ya muy lejos y una vez que esa preocupación ha desaparecido, la escudería inglesa se dispone a ofrecer un nuevo capítulo de guerra civil como ha ocurrido en anteriores etapas de la F-1.. En Hungría, Norris y Piastri volvieron a dejar una bonita pelea que llegó al cuerpo a cuerpo en las vueltas finales después de una espectacular persecución en los diez últimos giros. Es cierto que Piastri estuvo a punto de romper el equilibrio «deportivo y cortés» que buscan sus responsables, pero frenar a unos pilotos que no llegan a los 30 años y tienen el título de campeón del mundo al alcance no es una misión sencilla. El sábado los McLaren se llevaron la sorpresa de la «pole» de Leclerc, pero en carrera las cosas fueron muy distintas. El monegasco no falló en la salida y en los primeros compases del Gran Premio fue capaz de mantener el ritmo en cabeza e incluso aspirar a la victoria. Sin embargo, entre que el ritmo del coche no era mejor que el del McLaren y las idas y venidas estratégicas de la «Scuderia» terminaron por arruinar la carrera de su piloto, que, además, reportó un problema en el chasis del que no quiso pronunciarse después por aquello de no dar demasiadas pistas al rival, aunque en la F1 toda esta clase de movimientos que quieren ocultarse siempre acaban sabiéndose por puro espionaje.. Leclerc estiró mucho su primer paso por boxes e intentó ir a una sola parada hasta que desde Ferrari apostaron por hacer dos pensando que la degradación sería mayor con el neumático duro y su piloto no sería capaz de gestionarla de forma adecuada. Y eso llevó al desastre a Leclerc. Acabó cuarto y con un enfado monumental.. Con el de Ferrari descartado, Norris y Piastri se jugaron la victoria. El inglés decidió tirar adelante con una sola parada. Pensó que podría mantener bien el ritmo sin perder demasiado tiempo y sus ingenieros «hicieron bien los números». Fue un planteamiento arriesgado, pero funcionó.. Por el contrario, Piastri, o más bien su equipo de ingeniería, optó por hacer dos paradas y eso provocó que en las últimas vueltas el australiano protagonizara una persecución a la desesperada para alcanzar a su compañero. Y lo hizo faltando ocho vueltas. Norris aguantó como pudo. No pudo evitar que su compañero intentara el adelantamiento en un par de ocasiones. Si en la primera el intento fue muy ajustado; en la segunda, Piastri estuvo a punto de provocar una colisión que casi deja a los dos coches fuera de combate. Eso fue en la penúltima vuelta y desde la radio le recordaron que no era eso lo que habían hablado previamente en las reuniones. El australiano se quedó sin margen de reacción, se acongojó y optó por admitir la derrota y que su compañero le restara puntos en la pugna por el título. Esta vez sí, el británico estuvo acertado, arriesgó, asumió las consecuencias y practicó una conducción clínica que llevó al triunfo. Agónico, aunque le hizo sumar 25 puntos, cinco más que su rival y vecino de box. La tercera plaza fue para George Russell, que siempre está ahí y pescó un tercer puesto inesperado a pesar de las acometidas de Leclerc cuando defendió su posición por dos veces. La primera bordeó el reglamento porque se movió ligeramente en la frenada, pero en la segunda las cosas fueron más «sucias» y casi colisionan. El de Ferrari se resistió a final de recta y en la siguiente curva frente a la superioridad del Mercedes, que iba más rápido y con las ruedas ligeramente más frescas para pelear.. La Fórmula Uno descansa hasta final de mes –el Gran Premio de Países Bajos se corre el último fin de semana de agosto– y se prepara para vivir un final de temporada que puede ser muy apretado entre dos pilotos de la misma escudería. La pareja de McLaren luchará por el título de pilotos y el ambiente interno puede enrarecerse en las próximas carreras. Y no sólo en los trazados, también fuera de la pista. Aquí es donde Piastri y su entorno pueden marcar las diferencias.
Poco a poco, la lucha por el título de pilotos se está recrudeciendo. Para beneficio de los aficionados, el hecho de que un equipo sea claro dominador, como es el caso de McLaren, ha provocado que sus dos pilotos tengan vía libre para pelear. Ya no tienen que actuar en función del Mundial de Constructores porque no pelean con nadie. Ferrari, Red Bull y Mercedes quedan ya muy lejos y una vez que esa preocupación ha desaparecido, la escudería inglesa se dispone a ofrecer un nuevo capítulo de guerra civil como ha ocurrido en anteriores etapas de la F-1.. En Hungría, Norris y Piastri volvieron a dejar una bonita pelea que llegó al cuerpo a cuerpo en las vueltas finales después de una espectacular persecución en los diez últimos giros. Es cierto que Piastri estuvo a punto de romper el equilibrio «deportivo y cortés» que buscan sus responsables, pero frenar a unos pilotos que no llegan a los 30 años y tienen el título de campeón del mundo al alcance no es una misión sencilla. El sábado los McLaren se llevaron la sorpresa de la «pole» de Leclerc, pero en carrera las cosas fueron muy distintas. El monegasco no falló en la salida y en los primeros compases del Gran Premio fue capaz de mantener el ritmo en cabeza e incluso aspirar a la victoria. Sin embargo, entre que el ritmo del coche no era mejor que el del McLaren y las idas y venidas estratégicas de la «Scuderia» terminaron por arruinar la carrera de su piloto, que, además, reportó un problema en el chasis del que no quiso pronunciarse después por aquello de no dar demasiadas pistas al rival, aunque en la F1 toda esta clase de movimientos que quieren ocultarse siempre acaban sabiéndose por puro espionaje.. Leclerc estiró mucho su primer paso por boxes e intentó ir a una sola parada hasta que desde Ferrari apostaron por hacer dos pensando que la degradación sería mayor con el neumático duro y su piloto no sería capaz de gestionarla de forma adecuada. Y eso llevó al desastre a Leclerc. Acabó cuarto y con un enfado monumental.. Con el de Ferrari descartado, Norris y Piastri se jugaron la victoria. El inglés decidió tirar adelante con una sola parada. Pensó que podría mantener bien el ritmo sin perder demasiado tiempo y sus ingenieros «hicieron bien los números». Fue un planteamiento arriesgado, pero funcionó.. Por el contrario, Piastri, o más bien su equipo de ingeniería, optó por hacer dos paradas y eso provocó que en las últimas vueltas el australiano protagonizara una persecución a la desesperada para alcanzar a su compañero. Y lo hizo faltando ocho vueltas. Norris aguantó como pudo. No pudo evitar que su compañero intentara el adelantamiento en un par de ocasiones. Si en la primera el intento fue muy ajustado; en la segunda, Piastri estuvo a punto de provocar una colisión que casi deja a los dos coches fuera de combate. Eso fue en la penúltima vuelta y desde la radio le recordaron que no era eso lo que habían hablado previamente en las reuniones. El australiano se quedó sin margen de reacción, se acongojó y optó por admitir la derrota y que su compañero le restara puntos en la pugna por el título. Esta vez sí, el británico estuvo acertado, arriesgó, asumió las consecuencias y practicó una conducción clínica que llevó al triunfo. Agónico, aunque le hizo sumar 25 puntos, cinco más que su rival y vecino de box. La tercera plaza fue para George Russell, que siempre está ahí y pescó un tercer puesto inesperado a pesar de las acometidas de Leclerc cuando defendió su posición por dos veces. La primera bordeó el reglamento porque se movió ligeramente en la frenada, pero en la segunda las cosas fueron más «sucias» y casi colisionan. El de Ferrari se resistió a final de recta y en la siguiente curva frente a la superioridad del Mercedes, que iba más rápido y con las ruedas ligeramente más frescas para pelear.. La Fórmula Uno descansa hasta final de mes –el Gran Premio de Países Bajos se corre el último fin de semana de agosto– y se prepara para vivir un final de temporada que puede ser muy apretado entre dos pilotos de la misma escudería. La pareja de McLaren luchará por el título de pilotos y el ambiente interno puede enrarecerse en las próximas carreras. Y no sólo en los trazados, también fuera de la pista. Aquí es donde Piastri y su entorno pueden marcar las diferencias.
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