Aunque la palabra colesterol suele generar preocupación, pocos saben que no todo colesterol es perjudicial. De hecho, el cuerpo humano lo necesita para funcionar correctamente. La clave está en el equilibrio entre los dos tipos principales: la lipoproteína de alta densidad (HDL), conocida como ‘colesterol bueno’, y la lipoproteína de baja densidad (LDL), el llamado ‘colesterol malo’.. El colesterol es un tipo de grasa natural, con una textura cerosa y color amarillento, que el cuerpo produce de manera interna. Aunque también se encuentra en alimentos como la carne roja, los lácteos y los huevos, la mayor parte de este lípido se sintetiza en el hígado.. Este compuesto cumple múltiples funciones vitales: forma parte de la estructura celular, participa en la producción de hormonas, contribuye a la digestión de las grasas y permite la síntesis de vitamina D a partir de la luz solar. Pero cuando los niveles de colesterol LDL se disparan, comienzan los problemas.. La acumulación de colesterol LDL en las paredes de las arterias puede provocar la formación de placas que dificultan el flujo sanguíneo. Esta condición, conocida como aterosclerosis, puede provocar problemas cardiovasculares graves como infartos o accidentes cerebrovasculares.. Por su parte, el HDL actúa como un ‘limpiador natural’, transportando el exceso de colesterol dañino de vuelta al hígado para su eliminación, reduciendo así el riesgo de enfermedades del corazón.. Señales ocultas del colesterol. Generalmente, la hipercolesterolemia no presenta síntomas evidentes y suele detectarse solo mediante análisis de sangre. Sin embargo, recientes investigaciones han identificado posibles signos físicos que podrían delatar niveles elevados, en especial en las manos.. Un estudio de caso de 2013 reveló que un hombre de 42 años experimentaba rigidez y dificultad de movimiento en algunos dedos de su mano izquierda. Tras una evaluación médica, se descubrió que sufría de depósitos subcutáneos de colesterol (llamados xantomas) en los tendones, lo que interfería en la movilidad articular.. El British Heart Foundation describe estos depósitos como hinchazones visibles que pueden aparecer en articulaciones, rodillas, tobillos o incluso cerca de los ojos, en forma de pequeños bultos amarillos llamados xantelasma. Otro signo a tener en cuenta es la presencia de un anillo blanco alrededor del iris ocular.. Cómo reducir los niveles de colesterol. La buena noticia es que el colesterol alto puede controlarse. Además de los tratamientos farmacológicos, adoptar un estilo de vida saludable es fundamental. Una alimentación equilibrada y la práctica regular de ejercicio físico son pilares clave.. Especialistas de Harvard Health recomiendan el consumo de alimentos ricos en fibra soluble, como la avena poco procesada, que ayuda a atrapar el colesterol en el sistema digestivo antes de que pase a la sangre. Además, se aconseja limitar la ingesta de grasas saturadas y reemplazarlas por grasas insaturadas, presentes en alimentos como el aceite de oliva, el aguacate y los frutos secos.
Algunas investigaciones han identificado posibles signos físicos que podrían delatar niveles elevados de lipoproteína de baja densidad (LDL)
Aunque la palabra colesterol suele generar preocupación, pocos saben que no todo colesterol es perjudicial. De hecho, el cuerpo humano lo necesita para funcionar correctamente. La clave está en el equilibrio entre los dos tipos principales: la lipoproteína de alta densidad (HDL), conocida como ‘colesterol bueno’, y la lipoproteína de baja densidad (LDL), el llamado ‘colesterol malo’.. El colesterol es un tipo de grasa natural, con una textura cerosa y color amarillento, que el cuerpo produce de manera interna. Aunque también se encuentra en alimentos como la carne roja, los lácteos y los huevos, la mayor parte de este lípido se sintetiza en el hígado.. Este compuesto cumple múltiples funciones vitales: forma parte de la estructura celular, participa en la producción de hormonas, contribuye a la digestión de las grasas y permite la síntesis de vitamina D a partir de la luz solar. Pero cuando los niveles de colesterol LDL se disparan, comienzan los problemas.. La acumulación de colesterol LDL en las paredes de las arterias puede provocar la formación de placas que dificultan el flujo sanguíneo. Esta condición, conocida como aterosclerosis, puede provocar problemas cardiovasculares graves como infartos o accidentes cerebrovasculares.. Por su parte, el HDL actúa como un ‘limpiador natural’, transportando el exceso de colesterol dañino de vuelta al hígado para su eliminación, reduciendo así el riesgo de enfermedades del corazón.. Señales ocultas del colesterol. Generalmente, la hipercolesterolemia no presenta síntomas evidentes y suele detectarse solo mediante análisis de sangre. Sin embargo, recientes investigaciones han identificado posibles signos físicos que podrían delatar niveles elevados, en especial en las manos.. Un estudio de caso de 2013 reveló que un hombre de 42 años experimentaba rigidez y dificultad de movimiento en algunos dedos de su mano izquierda. Tras una evaluación médica, se descubrió que sufría de depósitos subcutáneos de colesterol (llamados xantomas) en los tendones, lo que interfería en la movilidad articular.. El British Heart Foundation describe estos depósitos como hinchazones visibles que pueden aparecer en articulaciones, rodillas, tobillos o incluso cerca de los ojos, en forma de pequeños bultos amarillos llamados xantelasma. Otro signo a tener en cuenta es la presencia de un anillo blanco alrededor del iris ocular.. Cómo reducir los niveles de colesterol. La buena noticia es que el colesterol alto puede controlarse. Además de los tratamientos farmacológicos, adoptar un estilo de vida saludable es fundamental. Una alimentación equilibrada y la práctica regular de ejercicio físico son pilares clave.. Especialistas de Harvard Health recomiendan el consumo de alimentos ricos en fibra soluble, como la avena poco procesada, que ayuda a atrapar el colesterol en el sistema digestivo antes de que pase a la sangre. Además, se aconseja limitar la ingesta de grasas saturadas y reemplazarlas por grasas insaturadas, presentes en alimentos como el aceite de oliva, el aguacate y los frutos secos.