El investigador del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona, Josep María Gili, ha explicado en declaraciones a Europa Press que es «normal» que las carabelas portuguesas lleguen a las playas del Cantábrico a principios de verano, pero «no tan tarde».
«Este año vamos con un cierto retraso en la llegada de algunas especies de medusas sobre todo en el Atlántico y hubo un cierto adelanto en el Mediterráneo a finales de junio, cuando tenían que llegar más tarde. O sea, hay una serie de alteraciones, anomalías, que no permiten decir un patrón fijo de lo que hay», ha indicado.
En este sentido, ha avanzado que la «alarma» que hay actualmente en la zona va a acabar pronto porque ha arribado a costa en «el final de su ciclo biológico». «Han llegado un poco más tarde, porque ha habido una alteración por el calentamiento de las aguas superficiales en la costa. (…) Pero la ventaja es que sabemos que esta especie está al final de su ciclo y las llegadas no van a durar más de dos semanas, como mucho», ha indicado.
Gili ha señalado que los factores que han llevado al aumento de las poblaciones de medusas en los últimos años siguen siendo los mismos –«el cambio climático, la sobrepesca– y ha vaticinado que la situación actual en las playas españolas con respecto a las medusas, que va a ser «recurrente».
En declaraciones a Europa Press, ha destacado que ninguna de las especies que llegan por el momento a costas españolas puede ser causa de mortalidad (siempre y cuando uno no sufra una segunda picadura durante el mismo verano). Además, ha recalcado el «importante» papel de estos animales en los ecosistemas, ya que constituyen «una fuente de colágeno y proteínas» para muchas especies, por ejemplo peces y tortugas.
«Una llegada masiva de medusas a una playa es un problema para los bañistas pero es un festín para las especies que hay en la costa porque ese día van a comer mucho y bien», ha explicado.
Con respecto a las picaduras, el experto ha pedido «sentido común» y evitar bañarse cuando se avisa de la presencia de medusas en las playas. Más allá de esta precaución, ha instado a limpiar los restos que puedan haber quedado de la medusa con agua de mar y, después de eso, «aplicar un shock frío» (es decir, aplicar una bolsa de plástico llena de cubitos de hielo durante cinco o diez minutos».
«Esto desnaturaliza el veneno y hace que los efectos secundarios, sean prácticamente duros y muy bajos. Luego, si hay una segunda picadura, el efecto será mucho más leve», ha detallado.
Una vez aplicado el «shock de frío», el experto ha aconsejado aplicar durante dos o tres días una crema con antisépticos y cortisona. Sin embargo, ha indicado que el vinagre «parece que va muy bien» para las picaduras de carabelas portuguesas. Además, ha recomendado aplicar calor en la zona para desnaturalizar el veneno, a diferencia de los consejos habituales para el resto de especies. Después, ha abogado por tratar el área con una pomada de antisépticos y cortisona que se pueda adquirir en farmacias.
«Luego, sobre todo, si tenemos dudas, hay que ‘abusar de las cremas solares’. Sobre todo para niños y gente mayor, o gente con problemas sanitarios, como la gente que tiene problemas cardiovasculares, asmáticos, dermatológicos, son casos de peligro. Cualquier crema solar bien aplicada sirve como prevención», ha avisado. LA
La investigadora del ICM-CSIC, Macarena Marambio, ha explicado en declaraciones a Europa Press que la presencia de carabelas portuguesas en el norte de España «no es nada nuevo», aunque se ha remitido al final de la temporada antes de poder afirmar si ha aumentado o disminuido su presencia con respecto a otros años.
Más allá de ello, ha indicado que el aumento de la temperatura del mar está favoreciendo que algunas especies de medusas tengan más «episodios de reproducción». «Esto sí que podría ser indicativo de que las poblaciones estén en aumento», ha detallado.
En concreto, ha hablado sobre cómo esta tendencia se está viendo en los últimos años en las especies más comunes del Mediterráneo, que «están aumentando sus poblaciones y, sobre todo, incrementando el tiempo que se mantienen en la columna de agua». Aún así, ha recalcado que las medusas, «como todo organismo, cumplen una función» dentro del ecosistema y que son depredadoras, pero a la vez un recurso «muy importante» para otras especies que se alimentan de ellas.
En el caso de sufrir una picadura, recomienda observar la zona afectada y retirar cualquier resto de tentáculo o gelatina con una pinzas, guantes o sin frotar. Luego, aconseja aplicar hielo ya que el contacto con la medusa habrá generado veneno, que es lo que activa la respuesta inflamatoria en la piel. «El hielo lo que ayuda es a bajar la inflamación, a reducir el dolor, que al final es lo más incómodo», ha explicado.
Si queda una pápula –que se puede romper e infectar–, insta a cuidar la zona como cualquier otra herida en la piel para evitar la infección.
El investigador del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona, Josep María Gili, ha explicado en declaraciones a Europa Press que es «normal» que las carabelas portuguesas lleguen a las playas del Cantábrico a principios de verano, pero «no tan tarde».. «Este año vamos con un cierto retraso en la llegada de algunas especies de medusas sobre todo en el Atlántico y hubo un cierto adelanto en el Mediterráneo a finales de junio, cuando tenían que llegar más tarde. O sea, hay una serie de alteraciones, anomalías, que no permiten decir un patrón fijo de lo que hay», ha indicado.. En este sentido, ha avanzado que la «alarma» que hay actualmente en la zona va a acabar pronto porque ha arribado a costa en «el final de su ciclo biológico». «Han llegado un poco más tarde, porque ha habido una alteración por el calentamiento de las aguas superficiales en la costa. (…) Pero la ventaja es que sabemos que esta especie está al final de su ciclo y las llegadas no van a durar más de dos semanas, como mucho», ha indicado.. Gili ha señalado que los factores que han llevado al aumento de las poblaciones de medusas en los últimos años siguen siendo los mismos –«el cambio climático, la sobrepesca– y ha vaticinado que la situación actual en las playas españolas con respecto a las medusas, que va a ser «recurrente».. En declaraciones a Europa Press, ha destacado que ninguna de las especies que llegan por el momento a costas españolas puede ser causa de mortalidad (siempre y cuando uno no sufra una segunda picadura durante el mismo verano). Además, ha recalcado el «importante» papel de estos animales en los ecosistemas, ya que constituyen «una fuente de colágeno y proteínas» para muchas especies, por ejemplo peces y tortugas.. «Una llegada masiva de medusas a una playa es un problema para los bañistas pero es un festín para las especies que hay en la costa porque ese día van a comer mucho y bien», ha explicado.. Con respecto a las picaduras, el experto ha pedido «sentido común» y evitar bañarse cuando se avisa de la presencia de medusas en las playas. Más allá de esta precaución, ha instado a limpiar los restos que puedan haber quedado de la medusa con agua de mar y, después de eso, «aplicar un shock frío» (es decir, aplicar una bolsa de plástico llena de cubitos de hielo durante cinco o diez minutos».. «Esto desnaturaliza el veneno y hace que los efectos secundarios, sean prácticamente duros y muy bajos. Luego, si hay una segunda picadura, el efecto será mucho más leve», ha detallado.. Una vez aplicado el «shock de frío», el experto ha aconsejado aplicar durante dos o tres días una crema con antisépticos y cortisona. Sin embargo, ha indicado que el vinagre «parece que va muy bien» para las picaduras de carabelas portuguesas. Además, ha recomendado aplicar calor en la zona para desnaturalizar el veneno, a diferencia de los consejos habituales para el resto de especies. Después, ha abogado por tratar el área con una pomada de antisépticos y cortisona que se pueda adquirir en farmacias.. «Luego, sobre todo, si tenemos dudas, hay que ‘abusar de las cremas solares’. Sobre todo para niños y gente mayor, o gente con problemas sanitarios, como la gente que tiene problemas cardiovasculares, asmáticos, dermatológicos, son casos de peligro. Cualquier crema solar bien aplicada sirve como prevención», ha avisado. LA. La investigadora del ICM-CSIC, Macarena Marambio, ha explicado en declaraciones a Europa Press que la presencia de carabelas portuguesas en el norte de España «no es nada nuevo», aunque se ha remitido al final de la temporada antes de poder afirmar si ha aumentado o disminuido su presencia con respecto a otros años.. Más allá de ello, ha indicado que el aumento de la temperatura del mar está favoreciendo que algunas especies de medusas tengan más «episodios de reproducción». «Esto sí que podría ser indicativo de que las poblaciones estén en aumento», ha detallado.. En concreto, ha hablado sobre cómo esta tendencia se está viendo en los últimos años en las especies más comunes del Mediterráneo, que «están aumentando sus poblaciones y, sobre todo, incrementando el tiempo que se mantienen en la columna de agua». Aún así, ha recalcado que las medusas, «como todo organismo, cumplen una función» dentro del ecosistema y que son depredadoras, pero a la vez un recurso «muy importante» para otras especies que se alimentan de ellas.. En el caso de sufrir una picadura, recomienda observar la zona afectada y retirar cualquier resto de tentáculo o gelatina con una pinzas, guantes o sin frotar. Luego, aconseja aplicar hielo ya que el contacto con la medusa habrá generado veneno, que es lo que activa la respuesta inflamatoria en la piel. «El hielo lo que ayuda es a bajar la inflamación, a reducir el dolor, que al final es lo más incómodo», ha explicado.. Si queda una pápula –que se puede romper e infectar–, insta a cuidar la zona como cualquier otra herida en la piel para evitar la infección.
Hay un cambio en el ciclo reproductivo y el comportamiento de las especies más comunes del Mediterráneo
El investigador del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona, Josep María Gili, ha explicado en declaraciones a Europa Press que es «normal» que las carabelas portuguesas lleguen a las playas del Cantábrico a principios de verano, pero «no tan tarde».. «Este año vamos con un cierto retraso en la llegada de algunas especies de medusas sobre todo en el Atlántico y hubo un cierto adelanto en el Mediterráneo a finales de junio, cuando tenían que llegar más tarde. O sea, hay una serie de alteraciones, anomalías, que no permiten decir un patrón fijo de lo que hay», ha indicado.. En este sentido, ha avanzado que la «alarma» que hay actualmente en la zona va a acabar pronto porque ha arribado a costa en «el final de su ciclo biológico». «Han llegado un poco más tarde, porque ha habido una alteración por el calentamiento de las aguas superficiales en la costa. (…) Pero la ventaja es que sabemos que esta especie está al final de su ciclo y las llegadas no van a durar más de dos semanas, como mucho», ha indicado.. Gili ha señalado que los factores que han llevado al aumento de las poblaciones de medusas en los últimos años siguen siendo los mismos –«el cambio climático, la sobrepesca– y ha vaticinado que la situación actual en las playas españolas con respecto a las medusas, que va a ser «recurrente».. En declaraciones a Europa Press, ha destacado que ninguna de las especies que llegan por el momento a costas españolas puede ser causa de mortalidad (siempre y cuando uno no sufra una segunda picadura durante el mismo verano). Además, ha recalcado el «importante» papel de estos animales en los ecosistemas, ya que constituyen «una fuente de colágeno y proteínas» para muchas especies, por ejemplo peces y tortugas.. «Una llegada masiva de medusas a una playa es un problema para los bañistas pero es un festín para las especies que hay en la costa porque ese día van a comer mucho y bien», ha explicado.. Con respecto a las picaduras, el experto ha pedido «sentido común» y evitar bañarse cuando se avisa de la presencia de medusas en las playas. Más allá de esta precaución, ha instado a limpiar los restos que puedan haber quedado de la medusa con agua de mar y, después de eso, «aplicar un shock frío» (es decir, aplicar una bolsa de plástico llena de cubitos de hielo durante cinco o diez minutos».. «Esto desnaturaliza el veneno y hace que los efectos secundarios, sean prácticamente duros y muy bajos. Luego, si hay una segunda picadura, el efecto será mucho más leve», ha detallado.. Una vez aplicado el «shock de frío», el experto ha aconsejado aplicar durante dos o tres días una crema con antisépticos y cortisona. Sin embargo, ha indicado que el vinagre «parece que va muy bien» para las picaduras de carabelas portuguesas. Además, ha recomendado aplicar calor en la zona para desnaturalizar el veneno, a diferencia de los consejos habituales para el resto de especies. Después, ha abogado por tratar el área con una pomada de antisépticos y cortisona que se pueda adquirir en farmacias.. «Luego, sobre todo, si tenemos dudas, hay que ‘abusar de las cremas solares’. Sobre todo para niños y gente mayor, o gente con problemas sanitarios, como la gente que tiene problemas cardiovasculares, asmáticos, dermatológicos, son casos de peligro. Cualquier crema solar bien aplicada sirve como prevención», ha avisado. LA. La investigadora del ICM-CSIC, Macarena Marambio, ha explicado en declaraciones a Europa Press que la presencia de carabelas portuguesas en el norte de España «no es nada nuevo», aunque se ha remitido al final de la temporada antes de poder afirmar si ha aumentado o disminuido su presencia con respecto a otros años.. Más allá de ello, ha indicado que el aumento de la temperatura del mar está favoreciendo que algunas especies de medusas tengan más «episodios de reproducción». «Esto sí que podría ser indicativo de que las poblaciones estén en aumento», ha detallado.. En concreto, ha hablado sobre cómo esta tendencia se está viendo en los últimos años en las especies más comunes del Mediterráneo, que «están aumentando sus poblaciones y, sobre todo, incrementando el tiempo que se mantienen en la columna de agua». Aún así, ha recalcado que las medusas, «como todo organismo, cumplen una función» dentro del ecosistema y que son depredadoras, pero a la vez un recurso «muy importante» para otras especies que se alimentan de ellas.. En el caso de sufrir una picadura, recomienda observar la zona afectada y retirar cualquier resto de tentáculo o gelatina con una pinzas, guantes o sin frotar. Luego, aconseja aplicar hielo ya que el contacto con la medusa habrá generado veneno, que es lo que activa la respuesta inflamatoria en la piel. «El hielo lo que ayuda es a bajar la inflamación, a reducir el dolor, que al final es lo más incómodo», ha explicado.. Si queda una pápula –que se puede romper e infectar–, insta a cuidar la zona como cualquier otra herida en la piel para evitar la infección.