La veterinaria ambulante gana peso a la hora de tratar un animal, porque ofrece precios similares al servicio convencional, y gusta tanto al veterinario, por su flexibilidad, como al dueño y a su mascota, que reciben la asistencia en un entorno de menor estrés al clínico como es el hogar.
Barcelona, Valencia y Madrid son las zonas en las que más auge ha cogido este tipo de veterinaria, que ya empieza a tomar fuerza también en Andalucía y en zonas del norte peninsular, según los testimonios recabados por Efeagro.
La veterinaria Marta Ferre se decidió hace unos meses a ofrecer sus servicios de manera ambulante en Valencia y su área periurbana, con el fin de proveer atención sanitaria a las mascotas de propietarios que viven en chalets o zonas alejadas de clínicas.
Según cuenta, se decantó por esta modalidad para ofrecer un trato más «cercano y tranquilo»; además es particularmente beneficioso para los gatos porque se estresan «mucho» por el «simple hecho de salir de casa».
Otras de las ventajas que, para Ferre, tiene ser veterinario a domicilio es que puede marcarse su propia agenda, pudiendo hacer hasta seis visitas diarias dependiendo del tipo de consulta y del desplazamiento.
Ofrece consultas generales, vacunaciones, extracción de sangre o eutanasias a domicilio y cuando el animal necesita algún tratamiento o prueba más compleja, como rayos X o ecografías, colabora con compañeros o deriva a clínicas cercanas recomendadas o que sean de confianza para el propietario.
Eutanasia en el hogar
De todos esos servicios, destaca el hecho de poder aplicar la eutanasia en el domicilio habitual de la mascota al considerar que es su «mejor final» por «poder dar la oportunidad a los familiares y a los animales de hacer este proceso dentro de casa, en un ambiente cómodo».
Por su parte, la veterinaria Marina Espinosa ejerce su profesión también de forma itinerante por Calatayud (Zaragoza) y zonas a un radio de 60 kilómetros.
Se dedica a ello desde hace cuatro años entre otros motivos porque requiere de una inversión menor si se compara con la apertura de una clínica.
Además, detectó la necesidad porque en esta zona no había atención de urgencias a domicilio y hay pequeños pueblos sin acceso a clínicas.
Entre su cartera de servicios para perros y gatos (no trabaja con exóticos ni animales de granja), ofrece también hacer extracciones de sangre o citologías y colabora con una clínica para cirugías, ecografías o pruebas con anestesia.
Al comenzar, pronto se dio cuenta de que esta forma de ejercer su labor le gustaba «bastante más de lo que pensaba» porque se da un servicio «muy personalizado y mucho más cercano».
#EnCasaSinEstrés
Todo ello hace que los animales reduzcan su estrés a la hora de afrontar un tratamiento y por ello ha acuñado incluso la etiqueta #EnCasaSinEstrés para dar a conocer sus servicios en las redes sociales.
Tras estos cuatro años, el negocio va bien, trabaja sola -con la ayuda puntual de un auxiliar- pero no descarta contratar algún veterinario más en el futuro siempre que «puede ofrecerle un sueldo digno».
Asunta Rotllán es veterinaria ambulante especializada en oftalmología desde octubre de 2024 y trabaja en Sevilla capital y alrededores (incluso en puntos de la provincia de Huelva).
En su caso, con la particularidad de que sus servicios los ofrece desplazándose especialmente a clínicas pero también a casas de los propietarios de mascotas y otros animales, según ha detallado a Efeagro.
Al tratarse de una especialidad veterinaria, acude a los domicilios acompañada de otro veterinario generalista ambulante y ha informado de que una gran parte de los clientes le llegan derivados de otros compañeros que conocen su especialización.
Rotllán alaba esta práctica porque genera una «cercanía muy especial» con los animales y sus propietarios: es «mucho más familiar» y el animal tiene «muchísimo menos estrés» al estar en su entorno habitual.
Otra de las ventajas es que la especialidad ambulante también puede llegar a hospitales veterinarios que no cuentan con esos servicios.
Es algo que, según mantiene, beneficia al animal porque puede recibir esa asistencia sin necesidad de sacarlo del centro sanitario, algo que puede conllevar riesgos incluso para su vida.
Además, al veterinario le viene bien a nivel emocional porque le ayuda a evitar el síndrome del «burnout» (agotamiento físico o mental) al trabajar con menor intensidad y sin sobrecargas.
(Juan Javier Ríos/Efeagro)
La veterinaria ambulante ha ganado popularidad al ofrecer tarifas similares a las de los servicios tradicionales, beneficiando tanto a los veterinarios, por su flexibilidad, como a los dueños y sus mascotas, quienes reciben atención en un entorno menos estresante como es el hogar. Ciudades como Barcelona, Valencia y Madrid han visto un creciente interés en este tipo de servicio, que también comienza a consolidarse en Andalucía y en el norte de España, según reportes de Efeagro. La veterinaria Marta Ferre decidió ofrecer atención a domicilio en Valencia y sus alrededores, buscando brindar cuidados a las mascotas de dueños en chalets o áreas alejadas de clínicas. Ella eligió esta modalidad para ofrecer un servicio más «cercano y calmado», especialmente ventajoso para gatos que tienden a estresarse al salir de casa. Entre las ventajas de la veterinaria a domicilio, Ferre destaca la posibilidad de gestionar su propia agenda, realizando hasta seis visitas diarias según el tipo de consulta y la distancia. Brinda consultas generales, vacunaciones, extracción de sangre y eutanasias en el hogar, y cuando se requieren tratamientos más complejos, como radiografías o ecografías, trabaja en colaboración con colegas o refiere a clínicas cercanas que sean de confianza para los dueños. Entre los servicios ofrecidos, resalta la posibilidad de realizar la eutanasia en la casa del animal, ya que se considera la «mejor opción» al permitir que tanto los familiares como las mascotas pasen por este proceso en un entorno confortable. La veterinaria Marina Espinosa trabaja de manera móvil en Calatayud (Zaragoza) y áreas adyacentes dentro de un radio de 60 kilómetros. Ha estado haciendo esto durante cuatro años, en parte porque requiere menos inversión que abrir una clínica. También identificó la necesidad de atención de urgencias a domicilio en una región donde hay pueblos pequeños sin clínicas accesibles. Dentro de su gama de servicios para perros y gatos (no atiende animales exóticos o de granja), realiza extracciones de sangre y citologías, y colabora con una clínica para cirugías, ecografías y procedimientos que requieren anestesia. Desde el inicio de su labor, se dio cuenta de que este tipo de trabajo le gustaba «mucho más de lo que esperaba», ya que le permite ofrecer un servicio «más personalizado y cercano». #EnCasaSinEstrés. Todo esto contribuye a que los animales experimenten menos estrés durante tratamientos, lo que ha llevado a la creación de la etiqueta #EnCasaSinEstrés para promocionar sus servicios en redes sociales. Después de cuatro años, el negocio va bien; trabaja mayormente sola, con ayuda ocasional de un asistente, y no descarta la posibilidad de contratar más veterinarios en el futuro, siempre y cuando pueda ofrecer salarios justos. Asunta Rotllán es una veterinaria ambulante especializada en oftalmología desde octubre de 2024 y opera en Sevilla y alrededores, incluyendo algunas zonas de la provincia de Huelva. Su enfoque consiste en desplazarse principalmente a clínicas, pero también a domicilios de dueños de mascotas y otros animales. Al ser una especialidad veterinaria, asiste a las casas con otro veterinario generalista, y ha indicado que muchos de sus clientes son referidos por colegas que conocen su especialidad. Rotllán valora esta práctica porque promueve una «cercanía especial» con los animales y sus dueños: es «mucho más familiar» y el animal sufre «muchísimo menos estrés» al estar en su entorno habitual. Otra ventaja es que la atención ambulante puede llegar a hospitales veterinarios que carecen de esos servicios, lo que beneficia a los animales al permitirles recibir cuidados sin la necesidad de ser trasladados, lo que conlleva riesgos para su vida. Además, a nivel emocional, esta modalidad de trabajo ayuda a los veterinarios a evitar el síndrome del «burnout» por permitirles trabajar con menor carga y más suavidad.
Proporcionan servicios de consultas generales, vacunaciones, extracción de sangre o eutanasia en la comodidad del hogar.
La veterinaria a domicilio está ganando popularidad, ya que ofrece precios comparables a los servicios tradicionales y es valorada tanto por veterinarios, debido a su flexibilidad, como por los dueños de mascotas, que reciben atención en un ambiente menos estresante como el hogar. Ciudades como Barcelona, Valencia y Madrid son las principales áreas donde este modelo ha crecido, y también comienza a establecerse en Andalucía y el norte de España, según testimonios de Efeagro. La veterinaria Marta Ferre decidió ofrecer sus servicios ambulantes en Valencia y sus alrededores para atender a mascotas de propietarios que viven en zonas rurales o alejadas de clínicas. Ella eligió este enfoque para proporcionar un servicio más ‘cercano y tranquilo’, especialmente beneficioso para los gatos que se estresan mucho con solo salir de casa. Ferre aprecia que ser veterinario a domicilio le permite tener su propia agenda, realizando hasta seis visitas diarias según el tipo de consulta y la distancia. Realiza consultas generales, vacunaciones, extracciones de sangre y eutanasias en el hogar, y cuando se requieren tratamientos más complejos, como rayos X o ecografías, colabora con colegas o remite a clínicas cercanas de confianza. Entre los servicios que se ofrecen, resalta la posibilidad de realizar la eutanasia en el hogar de la mascota, considerado el «mejor final» para permitir que tanto los familiares como los animales pasen por este proceso en un ambiente relajado. La veterinaria Marina Espinosa también trabaja de manera itinerante en Calatayud (Zaragoza) y en un radio de 60 kilómetros, dedicándose a esta actividad desde hace cuatro años. Uno de los motivos que la llevó a elegir este enfoque es la menor inversión necesaria en comparación con abrir una clínica. Además, notó la falta de atención de urgencias a domicilio en la zona, así como la ausencia de clínicas en pequeños pueblos. Dentro de su oferta de servicios para perros y gatos (no atiende animales exóticos o de granja), proporciona extracciones de sangre y citologías, y colabora con una clínica para realizar cirugías, ecografías y pruebas que requieren anestesia. Desde el inicio, se dio cuenta de que este estilo de trabajo le agradaba mucho más de lo que imaginaba, ya que permite ofrecer un servicio «muy personalizado y cercano». #EnCasaSinEstrés. Todo esto contribuye a que los animales experimenten menos estrés al someterse a tratamiento, lo que ha llevado a la creación de la etiqueta #EnCasaSinEstrés para promocionar sus servicios en redes sociales. Después de cuatro años de operación, su negocio sigue adelante; trabaja de forma independiente, aunque recibe ocasionalmente apoyo de un auxiliar, y no descarta la posibilidad de contratar a otro veterinario si puede ofrecerle un buen salario. Asunta Rotllán es una veterinaria a domicilio especializada en oftalmología desde octubre de 2024, que presta sus servicios en Sevilla y sus alrededores, incluyendo algunas áreas de Huelva. Su enfoque particular es ofrecer atención tanto en clínicas como en los hogares de las mascotas y otros animales, como ha comentado a Efeagro. Dado que se trata de una especialidad veterinaria, se presenta junto a un veterinario generalista ambulante, y muchos de sus clientes provienen de referencias de otros veterinarios que conocen su especialización. Rotllán valora esta práctica porque crea una conexión «muy especial» con los animales y sus dueños, resultando en un ambiente «más familiar» que reduce significativamente el estrés del animal al estar en su entorno familiar. Otra ventaja es que puede ofrecer sus servicios a hospitales veterinarios que no disponen de esta especialización, lo cual es beneficioso para el animal, ya que puede recibir atención sin ser trasladado, lo que puede ser arriesgado. Además, esta modalidad ayuda al veterinario a cuidar su bienestar emocional, evitando el síndrome de «burnout» al trabajar con una carga más ligera.