Argel asegura que “no va a ceder ante las amenazas” y ambos países suspenden el acuerdo que eximía de visado a las personas con pasaporte diplomático
Las espinosas relaciones bilaterales entre Francia y Argelia, su ex colonia, viven un nuevo pico de tensión, con acusaciones y amenazas cruzadas. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha pedido al Gobierno que endurezca el tono con Argel, ante el bloqueo en materia migratoria y de seguridad. Amenaza con más sanciones, tras aplicar la suspensión de los acuerdos de 2013, que permiten a los argelinos con pasaporte diplomático entrar en territorio francés sin necesidad de visado. Argel ha respondido que no va a “ceder ante las presiones y amenazas” de París y ha revocado también ese acuerdo para los ciudadanos franceses.. “Francia debe ser fuerte y hacerse respetar (…) No tenemos otra opción que actuar con más firmeza”, señala Emmanuel Macron en una carta enviada el miércoles al primer ministro, François Bayrou, que ha sido revelada por el diario Le Figaro. “Las autoridades argelinas han optado deliberadamente por no responder a nuestros reiterados llamamientos de los últimos meses para colaborar”, dice el presidente francés en la misiva, en la que sugiere adoptar “medidas suplementarias”, como la citada suspensión de la exención de visados. Ambos países llevan tiempo acusándose mutuamente de no respetar esta ventaja.. La respuesta de Argel no se ha hecho esperar y el Ministerio de Exteriores, en un comunicado, advirtió este jueves que el país responderá de la misma manera y ha criticado que, en las relaciones bilaterales, Francia “se exonera de toda la responsabilidad, que atribuye sólo a la parte argelina, nada más lejos de la realidad”. Exteriores advirtió también que va a revisar algunos contratos de arrendamiento de sus bienes estatales, “con condiciones ventajosas”, que tiene suscritos con la embajada francesa.. París lleva meses reprochando a Argel la falta de cooperación en materia de inmigración. El ministro del Interior, Bruno Retailleau, ha denunciado en varias ocasiones que el Gobierno argelino devuelve a los ciudadanos de este país que Francia deporta porque son irregulares o porque tienen una orden de expulsión por haber cometido algún delito.. El primer ministro, François Bayrou, ya advirtió el pasado febrero que París revisaría el pacto migratorio que ambos países firmaron en 1968, tras la independencia de Argel en 1962, si “se siguen incumpliendo estos acuerdos”. Estos establecían reglas para la circulación y establecimiento de los ciudadanos argelinos en Francia, más ventajosas que para otros extranjeros no comunitarios.. Las fricciones volvieron en mayo, tras la expulsión por parte de Argel de 12 diplomáticos de la embajada francesa en su territorio. París respondió haciendo lo propio con una docena de funcionarios argelinos. Otro de los focos de conflicto es la situación del escritor francoargelino Boualem Sansal, condenado a cinco años de prisión por “atentar contra la unidad nacional”, así como del periodista francés Christophe Gleizes, acusado de enaltecimiento del terrorismo. París pide la liberación de ambos.. Las relaciones entre los dos países, que conocen escasos periodos de tregua, empeoraron hace justo un año, cuando Macron anunció su apoyo al plan de Marruecos para el Sáhara Occidental, territorio que se disputa con el Frente Polisario, apoyado por Argelia.. “Francia no busca el enfrentamiento perpetuo”, defendió el primer ministro, François Bayrou, que ha señalado que lo que París busca es “unas relaciones equilibradas y justas” con su ex colonia. “Francia ha hecho esfuerzos considerables varias veces para establecer un terreno de entendimiento”, denunciaba Bayrou. “La firmeza del Gobierno es para exigir que Argelia respete sus obligaciones”, ha señalado durante un desplazamiento al sur del país.. En Francia hay una diáspora argelina de unas 2,7 millones de personas, de las cuales cerca de 900.000 son inmigrantes, la comunidad más grande, según datos del Observatorio de la Inmigración y la Demografía.
Las espinosas relaciones bilaterales entre Francia y Argelia, su ex colonia, viven un nuevo pico de tensión, con acusaciones y amenazas cruzadas. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha pedido al Gobierno que endurezca el tono con Argel, ante el bloqueo en materia migratoria y de seguridad. Amenaza con más sanciones, tras aplicar la suspensión de los acuerdos de 2013, que permiten a los argelinos con pasaporte diplomático entrar en territorio francés sin necesidad de visado. Argel ha respondido que no va a “ceder ante las presiones y amenazas” de París y ha revocado también ese acuerdo para los ciudadanos franceses.. Seguir leyendo