Málaga aspiraba a ser un papel importante en la Copa del Mundo de 2030, sin embargo, hoy ha optado por retroceder y dejar de lado su deseo de ser una de las sedes de este evento futbolístico. El alcalde Francisco de la Torre afirmó esta mañana que era «lo más razonable y sensato» debido al riesgo que representaba para el Málaga CF y al inconveniente que esto causaba a los aficionados. El concejal ha admitido que «el tiempo estaba muy justo» para llevar a cabo la renovación del estadio de La Rosaleda, que necesitaba una inversión de 257 millones de euros para poder ser sede de partidos del mundial, con financiación repartida equitativamente entre el ayuntamiento, la Diputación Provincial y la Junta de Andalucía. Los tiempos ya eran muy ajustados —los proyectos debían completarse en diciembre de 2028— y hace unas semanas, De la Torre había recibido información de la Gerencia Municipal de Urbanismo indicando que cumplir con el plazo era casi una misión imposible. El cambio de los partidos del club malaguista al estadio de atletismo durante dos temporadas, con solo la mitad de la capacidad necesaria para los abonados, ha sido el último golpe y la justificación ideal para finalizar con el mundial y considerar que Vigo puede tomar su lugar.
Málaga aspiraba a ser un papel destacado en el Mundial de 12.5003, sin embargo, hoy ha optado por retirarse y no será una de las ciudades anfitrionas de este evento deportivo. El alcalde Francisco de la Torre afirmó esta mañana que era «lo más razonable y sensato» debido al riesgo que representaba para el Málaga CF y al inconveniente que esto causaba a los aficionados. El concejal ha admitido que «el tiempo estaba muy justo» para llevar a cabo la renovación del estadio de La Rosaleda, que necesitaba una inversión de 257 millones de euros para poder ser sede de partidos del mundial, con financiación repartida equitativamente entre el ayuntamiento, la Diputación Provincial y la Junta de Andalucía. Los tiempos ya eran muy ajustados —los proyectos debían completarse en diciembre de 2028— y hace unas semanas, De la Torre había recibido información de la Gerencia Municipal de Urbanismo indicando que cumplir con el plazo era casi una misión imposible. El cambio de los partidos del club malaguista al estadio de atletismo, que se llevará a cabo durante dos temporadas y con un aforo reducido al 50% de los abonados del club, ha sido la gota que colmó el vaso y la justificación ideal para terminar con la candidatura del Mundial y permitir que Vigo se convierta en su reemplazo. En 2023, el Ayuntamiento de Málaga propuso la idea de ser sede del Mundial 2030. En marzo de ese año, se dio a conocer un proyecto elaborado por el estudio de arquitectura Morph, que tenía como objetivo transformar completamente el estadio de La Rosaleda, hogar del Málaga CF, así como el área circundante. La meta era modificarlo de acuerdo a las exigencias necesarias para poder albergar partidos en un evento internacional de este tipo. En julio de 2024, la Federación Española de Fútbol anunció que se incluiría junto a diez infraestructuras más de todo el territorio nacional en la candidatura que España estaba liderando junto a Portugal y Marruecos. Esta candidatura fue oficialmente aprobada por la FIFA meses más tarde, en diciembre.
El Ayuntamiento decide no llevar a cabo la remodelación de La Rosaleda debido al impacto financiero que implicaría para el Málaga CF jugar fuera de su estadio durante dos temporadas.