A menudo subestimamos una de las fuerzas más poderosas que moldean nuestro destino: el entorno. Para el doctor Mario Alonso Puig, cirujano, conferenciante y autor de éxito en desarrollo personal, esta influencia no es sólo relevante, sino «extrema». Con una sólida formación en medicina por la Universidad de Harvard, ha dedicado gran parte de su carrera a explorar la inmensa conexión entre la mente, el bienestar y el despliegue del potencial humano. Su mensaje es claro: si quieres cambiar, empieza por mirar a quién tienes al lado.
«El ser humano es un ser hipersocial y sobre todo queremos ser aceptados por el grupo», afirma con rotundidad Puig. Esta necesidad de pertenencia, lejos de ser una simple preferencia social, está anclada en lo más profundo de nuestra biología. «Hace 150.000 años, si no estábamos dentro del grupo, estábamos muertos», explica, evocando una era en la que la supervivencia dependía enteramente de la cohesión tribal frente a amenazas como los depredadores o las glaciaciones. Esta herencia evolutiva sigue operando en nuestro cerebro moderno, donde las mismas áreas encargadas del procesamiento emocional son las que gestionan la interacción social.
El sabotaje del círculo cercano, según Mario Alonso Puig
Para ilustrar el poder, a veces destructivo, del entorno, Puig comparte una anécdota reveladora sobre una persona de origen humilde que, a base de esfuerzo, logró un notable éxito económico. Movido por la generosidad, quiso compartir su nueva prosperidad con sus amigos de toda la vida, invitándoles a disfrutar de experiencias que ellos no podían permitirse. Sin embargo, la reacción no fue la esperada.
Sus amigos empezaron a mirarle con recelo, con una distancia que denotaba envidia o desaprobación. Frases como «¿Cómo se nota que tú estás forrado?» comenzaron a minar la autoestima de este hombre generoso. La presión fue tal que, de manera inconsciente, «empezó a autosabotear su vida y volvió a arruinarse», relata Puig. La historia, que parece un guion de tragedia, culminó con una dolorosa pero necesaria toma de conciencia: «Tengo que cambiar de amigos».
Este ejemplo pone de manifiesto cómo la presión social, tanto consciente como inconsciente, puede desbaratar los logros más sólidos. El miedo al rechazo, a dejar de pertenecer a nuestro grupo de origen, puede llevarnos a traicionar nuestras propias aspiraciones. Diversos estudios en psicología social, como los clásicos experimentos de conformidad de Solomon Asch, han demostrado hasta qué punto los individuos pueden cambiar su opinión o comportamiento para encajar en la mayoría, incluso yendo en contra de la evidencia.
La estrategia: rodearse de los hábitos deseados
Frente a esta realidad, la estrategia que propone Mario Alonso Puig es tan lógica como a menudo ignorada: «Honestamente, si tú quieres adquirir un nuevo hábito, rodéate de personas que tengan ya ese hábito. No te rodees de personas que tienen el hábito que tú quieres dejar«. Pretender dejar de fumar mientras todos tus amigos fuman o intentar llevar una vida más activa rodeado de personas sedentarias es una batalla cuesta arriba.
El entorno no solo nos influye a través de la presión, sino también mediante la normalización de conductas. Al rodearnos de personas que ya viven de la manera que aspiramos a vivir, integramos sus comportamientos como algo alcanzable y deseable. Es un proceso de aprendizaje por ósmosis, donde la nueva identidad que buscamos se ve reforzada y validada por el grupo.
Los especialistas en desarrollo personal suelen recomendar pasos concretos para aplicar esta idea:
- Identificar qué hábitos o actitudes quieres incorporar.
- Buscar espacios presenciales o virtuales donde esa conducta sea la norma.
- Involucrarte activamente en grupos, actividades o círculos que te inspiren.
- Reducir exposición a entornos que fomenten lo contrario a lo que persigues.
Estos cambios, aunque parezcan pequeños, van moldeando nuestro día a día. La influencia de quienes nos rodean no solo se nota en lo que hacemos, sino también en cómo pensamos y en lo que creemos posible para nosotros.
Puig insiste en que no se trata de un acto de arrogancia o de renegar de los orígenes, sino de una decisión estratégica para el propio crecimiento. Cuidar el entorno es una forma de autocuidado, de crear un ecosistema favorable donde nuestros objetivos puedan florecer. Porque, como concluye el experto, aunque nadie debería considerar que su pasado determina su futuro, el entorno que elegimos en el presente juega un papel crucial en la construcción de ese porvenir.
Frecuentemente, no valoramos lo suficiente una de las influencias más significativas que afectan nuestro destino: nuestro entorno. Según el doctor Mario Alonso Puig, quien es cirujano, conferencista y reconocido autor en el ámbito del desarrollo personal, esta influencia no solo es significativa, sino que es «extrema». Con una educación robusta en medicina obtenida en la Universidad de Harvard, ha consagrado gran parte de su carrera a investigar la profunda relación que existe entre la mente, la salud y la manifestación del potencial humano. Su mensaje es contundente: si deseas realizar un cambio, comienza por observar a las personas que te rodean. «El ser humano es inherentemente social y, ante todo, anhelamos la aceptación del grupo», afirma con firmeza Puig. La necesidad de pertenecer, en vez de ser solo una preferencia social, está profundamente arraigada en nuestra biología. «Hace 150.000 años, si no formábamos parte de un grupo, estábamos destinados a morir», señala, recordando un tiempo en el que la supervivencia se basaba completamente en la unidad del tribu frente a peligros como los depredadores o las glaciaciones. Esta herencia evolucionaria continúa funcionando en nuestro cerebro actual, donde las mismas regiones responsables de procesar emociones también manejan la interacción social. Esto se relaciona con el sabotaje en el círculo íntimo, según Mario Alonso Puig. Para mostrar la influencia, a menudo perjudicial, del contexto, Puig narra una historia reveladora sobre una persona de orígenes modestos que, gracias a su dedicación, alcanzó un considerable éxito financiero.
Un reconocido médico y autor, especialista en crecimiento personal, revela las razones por las cuales nuestro entorno social juega un papel crucial en la transformación de nuestras vidas y en la adopción de nuevos hábitos.
Frecuentemente, no valoramos adecuadamente una de las influencias más significativas que configuran nuestro futuro: nuestro entorno. Según el doctor Mario Alonso Puig, cirujano y exitoso conferenciante y autor en el ámbito del desarrollo personal, esta influencia no solo es significativa, sino que es «extrema». Con una firme educación médica obtenida en la Universidad de Harvard, ha enfocado gran parte de su trayectoria profesional en investigar la profunda relación entre la mente, la salud y la realización del potencial humano. Su mensaje es evidente: si deseas transformar tu vida, comienza por observar a las personas que te rodean. «El ser humano es inherentemente social y, en especial, buscamos la aceptación del grupo», sostiene con firmeza Puig. La necesidad de pertenencia no es solo una cuestión de gusto social, sino que tiene raíces muy profundas en nuestra biología. «Hace 150.000 años, formar parte del grupo era esencial para sobrevivir, de lo contrario enfrentábamos la muerte», comenta, recordando un tiempo en que la unión dentro de la tribu era crucial para hacer frente a peligros como los depredadores o las glaciaciones. Esta herencia de la evolución sigue presente en nuestro cerebro actual, donde las mismas regiones responsables del procesamiento emocional también se encargan de la gestión de las interacciones sociales. Así lo señala Mario Alonso Puig respecto al sabotaje del círculo cercano. Para demostrar la influencia, a menudo dañina, del contexto, Puig narra una anécdota significativa sobre un individuo de orígenes modestos que, mediante su dedicación, alcanzó un notable éxito financiero.