El [[LINK:TAG|||tag|||6336152b59a61a391e0a0e70|||Ministerio de Sanidad]], bajo la dirección de [[LINK:TAG|||tag|||633612e6ecd56e3616931ac7|||Mónica García]], ha transformado la elaboración de leyes en una especie de juego de ilusionistas, donde las normativas cambian constantemente según lo que sea más conveniente en cada situación. La controvertida Ley de los Medicamentos es un claro ejemplo de esta estrategia de cambios constantes que hace que, a medida que avanza el proceso, los textos difieren significativamente de los originales que fueron divulgados al público a través de audiencias o filtraciones a medios afines. Esto ha causado molestia entre los actores del sector y las comunidades autónomas, incluso aquellas del PSOE, como se evidenció en la reciente sesión del Consejo Interterritorial. En particular, lo relacionado con esta ley es sorprendente. Inicialmente, se planeaba incorporar los precios específicos de los medicamentos. Actualmente, parece que eso ya no es así. Al principio, se planeaba modificar también los intervalos del copago. Actualmente, esta modificación no está presente, pero el Ministerio de Sanidad advierte que podría ser incorporada durante el proceso legislativo, lo que resulta en una especie de confusión normativa que transforma la tan requerida certidumbre de las leyes en una fantasía para quienes se ven impactados. Lo mismo ocurre con la legislación referente al tabaco. El aumento de precios, que es una de las estrategias clave para limitar el consumo de este producto, ha desaparecido del texto. No está claro si esto se debe a la falta de convicción de Mónica García y su equipo, o si fue por instrucciones del Ministerio de Hacienda, que, hay que recordar, prioriza la recaudación sobre la Salud Pública. El empaquetado genérico también ha desaparecido, lo que se consideraba una estrategia para hacer frente a las grandes marcas y volver menos atractivas las cajetillas. Esto ha dejado perplejos a los neumólogos y a quienes son firmes opositores al consumo de cigarrillos.
La ministra de Sanidad ha transformado el proceso de hacer leyes en una actividad engañosa.
El Ministerio de Sanidad, liderado por Mónica García, quien es una crítica de la corrupción socialista, ha transformado el proceso legislativo en un truco de magia, donde las normas se modifican según lo que sea más conveniente en cada ocasión. La controvertida Ley de los Medicamentos es un claro ejemplo de esta estrategia de cambios constantes que hace que, a medida que avanza el proceso, los textos difieren significativamente de los originales que fueron divulgados al público a través de audiencias o filtraciones a medios afines. Esto ha causado molestia entre los actores del sector y las comunidades autónomas, incluso aquellas del PSOE, como se evidenció en la reciente sesión del Consejo Interterritorial. En particular, lo relacionado con esta ley es sorprendente. Inicialmente, se planeaba incorporar los precios específicos de los medicamentos. Actualmente, parece que eso ya no es así. Al principio, se planeaba modificar también los intervalos del copago. Actualmente, esta modificación no está presente, pero el Ministerio de Sanidad advierte que podría ser incorporada durante el proceso legislativo, lo que resulta en una especie de confusión normativa que transforma la tan requerida certidumbre de las leyes en una fantasía para quienes se ven impactados. Lo mismo ocurre con la legislación referente al tabaco. El aumento de precios, que es una de las estrategias clave para limitar el consumo de este producto, ha desaparecido del texto. No está claro si esto se debe a la falta de convicción de Mónica García y su equipo, o si fue por instrucciones del Ministerio de Hacienda, que, hay que recordar, prioriza la recaudación sobre la Salud Pública. El empaquetado genérico también ha desaparecido, lo que se consideraba una estrategia para hacer frente a las grandes marcas y volver menos atractivas las cajetillas. Esto ha dejado perplejos a los neumólogos y a quienes son firmes opositores al consumo de cigarrillos.