Cada lavado de ropa o trayecto en coche contribuye, sin que lo notemos, a la creciente contaminación por microplásticos que invade los mares, el aire que respiramos y hasta la comida que consumimos. Mientras la atención mediática y legislativa se centra en los plásticos de un solo uso, como las botellas o las pajitas, los expertos advierten de una realidad más preocupante, la ropa sintética y los neumáticos son, con diferencia, las principales fuentes de microplásticos en el planeta.
¿Qué son los microplásticos y por qué son un problema?
Los microplásticos son fragmentos de plástico de menos de 5 milímetros de diámetro que se generan tanto por la degradación de objetos plásticos mayores como por el desgaste de materiales sintéticos. Una vez liberados, estas diminutas partículas se filtran en ríos, mares, suelos e incluso en el aire, donde son prácticamente imposibles de eliminar.
A diferencia de una botella que puede recogerse o reciclarse, los microplásticos se integran en los ecosistemas y entran en la cadena alimentaria. Diversos estudios han demostrado que están presentes en mariscos, frutas, agua potable y hasta en la sangre humana.
Las dos mayores fuentes de microplásticos: ropa y neumáticos
1. La ropa sintética: el 35 % de la contaminación
Según un informe de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la ropa hecha de fibras sintéticas, como el poliéster, nailon o acrílico, representa el 35 % de todos los microplásticos que acaban en los océanos.
Durante el lavado, estas prendas liberan miles de fibras microscópicas que no pueden ser filtradas completamente por las depuradoras y terminan en los ríos y mares. También se dispersan en forma de polvo en el hogar y pueden ser inhaladas. Dormir sobre sábanas sintéticas, caminar sobre alfombras de nailon o simplemente llevar ropa deportiva puede ser una fuente de contaminación diaria e invisible.
2. Los neumáticos: el 28 % del total
Los neumáticos de los vehículos son responsables de otro 28 % de los microplásticos presentes en el medioambiente. Aunque muchos están hechos de caucho natural, también contienen polímeros sintéticos que se desgastan con la fricción al frenar o tomar curvas.
Estas partículas se esparcen por el asfalto, son arrastradas por el viento o la lluvia y terminan contaminando las vías fluviales y suelos agrícolas. Además, se ha detectado que los microplásticos de los neumáticos también flotan en el aire, siendo inhalados por peatones y conductores.
Riesgos para la salud humana
El impacto de los microplásticos va más allá del medioambiente. Según un informe publicado por «The Lancet», los plásticos suponen ya una amenaza global para la salud pública, con un coste económico estimado de 1,5 billones de dólares anuales.
El problema no es solo físico. Muchos plásticos contienen sustancias químicas tóxicas como ftalatos, bisfenoles o PFAS (conocidos como “químicos eternos”), asociados a múltiples trastornos:
- Alteraciones hormonales (disruptores endocrinos)
- Cáncer
- Infertilidad
- Déficit de atención
- Alzheimer
- Abortos espontáneos
Estos compuestos están presentes tanto en las partículas plásticas como en los aditivos que se les añaden para mejorar su flexibilidad, resistencia o durabilidad.
¿Qué se está haciendo para frenar esta contaminación?
Mientras avanzan con lentitud las negociaciones del primer tratado mundial sobre plásticos, algunos países comienzan a tomar medidas internas. En Reino Unido, por ejemplo, se pondrá en marcha un sistema de devolución de envases en 2027, con incentivos económicos para reciclar botellas y latas.
Además, se están debatiendo nuevas prohibiciones a plásticos de un solo uso, como platos, vasos y cubiertos desechables. Y a partir de 2025, se implementará un nuevo sistema nacional de reciclaje para hogares y empresas que eliminará desigualdades entre regiones.
Sin embargo, ni los neumáticos ni las fibras sintéticas están aún en el foco regulatorio, lo que supone un vacío legal frente a las fuentes más importantes de microplásticos.
El reto está más cerca de lo que parece
Combatir la contaminación por microplásticos requiere ir más allá de las acciones simbólicas. El verdadero reto está en transformar la industria textil y automovilística, repensar los materiales que usamos a diario y exigir innovación en productos más sostenibles.
Cada lavado de ropa o trayecto en coche contribuye, sin que lo notemos, a la creciente contaminación por microplásticos que invade los mares, el aire que respiramos y hasta la comida que consumimos. Mientras la atención mediática y legislativa se centra en los plásticos de un solo uso, como las botellas o las pajitas, los expertos advierten de una realidad más preocupante, la ropa sintética y los neumáticos son, con diferencia, las principales fuentes de microplásticos en el planeta.. ¿Qué son los microplásticos y por qué son un problema?. Los microplásticos son fragmentos de plástico de menos de 5 milímetros de diámetro que se generan tanto por la degradación de objetos plásticos mayores como por el desgaste de materiales sintéticos. Una vez liberados, estas diminutas partículas se filtran en ríos, mares, suelos e incluso en el aire, donde son prácticamente imposibles de eliminar.. A diferencia de una botella que puede recogerse o reciclarse, los microplásticos se integran en los ecosistemas y entran en la cadena alimentaria. Diversos estudios han demostrado que están presentes en mariscos, frutas, agua potable y hasta en la sangre humana.. Las dos mayores fuentes de microplásticos: ropa y neumáticos. 1. La ropa sintética: el 35 % de la contaminación. Según un informe de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la ropa hecha de fibras sintéticas, como el poliéster, nailon o acrílico, representa el 35 % de todos los microplásticos que acaban en los océanos.. Durante el lavado, estas prendas liberan miles de fibras microscópicas que no pueden ser filtradas completamente por las depuradoras y terminan en los ríos y mares. También se dispersan en forma de polvo en el hogar y pueden ser inhaladas. Dormir sobre sábanas sintéticas, caminar sobre alfombras de nailon o simplemente llevar ropa deportiva puede ser una fuente de contaminación diaria e invisible.. 2. Los neumáticos: el 28 % del total. Los neumáticos de los vehículos son responsables de otro 28 % de los microplásticos presentes en el medioambiente. Aunque muchos están hechos de caucho natural, también contienen polímeros sintéticos que se desgastan con la fricción al frenar o tomar curvas.. Estas partículas se esparcen por el asfalto, son arrastradas por el viento o la lluvia y terminan contaminando las vías fluviales y suelos agrícolas. Además, se ha detectado que los microplásticos de los neumáticos también flotan en el aire, siendo inhalados por peatones y conductores.. Riesgos para la salud humana. El impacto de los microplásticos va más allá del medioambiente. Según un informe publicado por «The Lancet», los plásticos suponen ya una amenaza global para la salud pública, con un coste económico estimado de 1,5 billones de dólares anuales.. El problema no es solo físico. Muchos plásticos contienen sustancias químicas tóxicas como ftalatos, bisfenoles o PFAS (conocidos como “químicos eternos”), asociados a múltiples trastornos:. Alteraciones hormonales (disruptores endocrinos). Cáncer. Infertilidad. Déficit de atención. Alzheimer. Abortos espontáneos. Estos compuestos están presentes tanto en las partículas plásticas como en los aditivos que se les añaden para mejorar su flexibilidad, resistencia o durabilidad.. ¿Qué se está haciendo para frenar esta contaminación?. Mientras avanzan con lentitud las negociaciones del primer tratado mundial sobre plásticos, algunos países comienzan a tomar medidas internas. En Reino Unido, por ejemplo, se pondrá en marcha un sistema de devolución de envases en 2027, con incentivos económicos para reciclar botellas y latas.. Además, se están debatiendo nuevas prohibiciones a plásticos de un solo uso, como platos, vasos y cubiertos desechables. Y a partir de 2025, se implementará un nuevo sistema nacional de reciclaje para hogares y empresas que eliminará desigualdades entre regiones.. Sin embargo, ni los neumáticos ni las fibras sintéticas están aún en el foco regulatorio, lo que supone un vacío legal frente a las fuentes más importantes de microplásticos.. El reto está más cerca de lo que parece. Combatir la contaminación por microplásticos requiere ir más allá de las acciones simbólicas. El verdadero reto está en transformar la industria textil y automovilística, repensar los materiales que usamos a diario y exigir innovación en productos más sostenibles.
Mientras el foco sigue en los plásticos visibles, el verdadero problema avanza sin hacer ruido
Cada lavado de ropa o trayecto en coche contribuye, sin que lo notemos, a la creciente contaminación por microplásticos que invade los mares, el aire que respiramos y hasta la comida que consumimos. Mientras la atención mediática y legislativa se centra en los plásticos de un solo uso, como las botellas o las pajitas, los expertos advierten de una realidad más preocupante, la ropa sintética y los neumáticos son, con diferencia, las principales fuentes de microplásticos en el planeta.. ¿Qué son los microplásticos y por qué son un problema?. Los microplásticos son fragmentos de plástico de menos de 5 milímetros de diámetro que se generan tanto por la degradación de objetos plásticos mayores como por el desgaste de materiales sintéticos. Una vez liberados, estas diminutas partículas se filtran en ríos, mares, suelos e incluso en el aire, donde son prácticamente imposibles de eliminar.. A diferencia de una botella que puede recogerse o reciclarse, los microplásticos se integran en los ecosistemas y entran en la cadena alimentaria. Diversos estudios han demostrado que están presentes en mariscos, frutas, agua potable y hasta en la sangre humana.. Las dos mayores fuentes de microplásticos: ropa y neumáticos. 1. La ropa sintética: el 35 % de la contaminación. Según un informe de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la ropa hecha de fibras sintéticas, como el poliéster, nailon o acrílico, representa el 35 % de todos los microplásticos que acaban en los océanos.. Durante el lavado, estas prendas liberan miles de fibras microscópicas que no pueden ser filtradas completamente por las depuradoras y terminan en los ríos y mares. También se dispersan en forma de polvo en el hogar y pueden ser inhaladas. Dormir sobre sábanas sintéticas, caminar sobre alfombras de nailon o simplemente llevar ropa deportiva puede ser una fuente de contaminación diaria e invisible.. 2. Los neumáticos: el 28 % del total. Los neumáticos de los vehículos son responsables de otro 28 % de los microplásticos presentes en el medioambiente. Aunque muchos están hechos de caucho natural, también contienen polímeros sintéticos que se desgastan con la fricción al frenar o tomar curvas.. Estas partículas se esparcen por el asfalto, son arrastradas por el viento o la lluvia y terminan contaminando las vías fluviales y suelos agrícolas. Además, se ha detectado que los microplásticos de los neumáticos también flotan en el aire, siendo inhalados por peatones y conductores.. Riesgos para la salud humana. El impacto de los microplásticos va más allá del medioambiente. Según un informe publicado por «The Lancet», los plásticos suponen ya una amenaza global para la salud pública, con un coste económico estimado de 1,5 billones de dólares anuales.. El problema no es solo físico. Muchos plásticos contienen sustancias químicas tóxicas como ftalatos, bisfenoles o PFAS (conocidos como “químicos eternos”), asociados a múltiples trastornos:. Alteraciones hormonales (disruptores endocrinos). Cáncer. Infertilidad. Déficit de atención. Alzheimer. Abortos espontáneos. Estos compuestos están presentes tanto en las partículas plásticas como en los aditivos que se les añaden para mejorar su flexibilidad, resistencia o durabilidad.. ¿Qué se está haciendo para frenar esta contaminación?. Mientras avanzan con lentitud las negociaciones del primer tratado mundial sobre plásticos, algunos países comienzan a tomar medidas internas. En Reino Unido, por ejemplo, se pondrá en marcha un sistema de devolución de envases en 2027, con incentivos económicos para reciclar botellas y latas.. Además, se están debatiendo nuevas prohibiciones a plásticos de un solo uso, como platos, vasos y cubiertos desechables. Y a partir de 2025, se implementará un nuevo sistema nacional de reciclaje para hogares y empresas que eliminará desigualdades entre regiones.. Sin embargo, ni los neumáticos ni las fibras sintéticas están aún en el foco regulatorio, lo que supone un vacío legal frente a las fuentes más importantes de microplásticos.. El reto está más cerca de lo que parece. Combatir la contaminación por microplásticos requiere ir más allá de las acciones simbólicas. El verdadero reto está en transformar la industria textil y automovilística, repensar los materiales que usamos a diario y exigir innovación en productos más sostenibles.