Niño Becerra advierte que el crecimiento del sector turístico en España oculta una situación de escaso valor añadido y baja productividad.
Durante décadas, el turismo ha sido uno de los pilares esenciales de la economía de España, desempeñando un papel fundamental como motor de actividad. Cada año, millones de turistas escogen España como su lugar de vacaciones, lo que reafirma al país como una potencia global en turismo y un imán constante para visitantes. Esta gran llegada de turistas impacta directamente en el mercado laboral del país. Como es costumbre, los periodos con mayor afluencia turística generalmente se asocian a un aumento en el empleo, evidenciando la fuerte relación entre la actividad del sector y la generación de ofertas laborales. Los últimos datos respaldan esta tendencia favorable en el ámbito del empleo turístico. En mayo del año pasado, se observó un notable aumento en el número de afiliados, con más de 100,000 nuevos trabajadores en comparación con el mismo mes del año anterior. Esto incrementa el número de trabajadores en este sector a cerca de tres millones, lo que constituye una parte significativa del empleo total en la nación. Sin embargo, a pesar de que estas estadísticas laborales parecen prometedoras, no todos los expertos tienen la misma visión optimista. Santiago Niño Becerra, economista, ha expresado abiertamente su visión crítica en la red social X. En su evaluación, el empleo predominante en el sector turismo se define por su bajo valor y productividad limitada. Niño Becerra sostiene que, aunque hay una gran cantidad de estos empleos, a menudo están conectados con salarios bajos y reducidas bases de cotización. Según el economista, el crecimiento de este tipo de empleo en la industria turística no respalda la total conformidad que podrían ofrecer las cifras de afiliación por sí solas. Su enfoque sugiere la necesidad de una reflexión más profunda acerca de la calidad del empleo creado, en lugar de enfocarse únicamente en la cantidad. El debate acerca de si el modelo económico de España, enfocado en el turismo, se centra más en la cantidad de turistas que en la calidad y productividad del empleo, continua siendo un tema importante y vigente entre los especialistas.
Durante décadas, el turismo ha sido uno de los pilares esenciales de la economía de España, desempeñando un papel fundamental como motor de actividad. Cada año, millones de turistas escogen España como su lugar de vacaciones, lo que reafirma al país como una potencia global en turismo y un imán constante para visitantes. Esta gran llegada de turistas impacta directamente en el mercado laboral del país. Como es costumbre, los periodos con mayor afluencia turística generalmente se asocian a un aumento en el empleo, evidenciando la fuerte relación entre la actividad del sector y la generación de ofertas laborales. Los últimos datos respaldan esta tendencia favorable en el ámbito del empleo turístico. En mayo del año pasado, se observó un notable aumento en el número de afiliados, con más de 100,000 nuevos trabajadores en comparación con el mismo mes del año anterior. Esto aumenta la cantidad de trabajadores en el sector a casi tres millones, lo que constituye una proporción significativa del empleo total en la nación. La perspectiva crítica de Niño Becerra respecto al crecimiento del empleo en el turismo. A pesar de la aparente firmeza de estos datos sobre el empleo, no todos los expertos muestran el mismo grado de optimismo. Santiago Niño Becerra, economista, ha expresado abiertamente su visión crítica en la red social X. En su evaluación, el empleo predominante en el sector turismo se define por su bajo valor y productividad limitada. Niño Becerra sostiene que, aunque hay una gran cantidad de estos empleos, a menudo están conectados con salarios bajos y reducidas bases de cotización. Según el economista, el crecimiento de este tipo de empleo en la industria turística no respalda la total conformidad que podrían ofrecer las cifras de afiliación por sí solas. Su enfoque sugiere la necesidad de una reflexión más profunda acerca de la calidad del empleo creado, en lugar de enfocarse únicamente en la cantidad.