Sevilla en Semana Santa es un hervidero de emociones, fe, tradición y también de visitantes que llegan con la ilusión de vivir uno de los mayores espectáculos religiosos del mundo. Pero si no eres de aquí, hay ciertas cosas que debes saber para no cometer errores de principiante. Para ello, el creador de contenido sevillano Alberto Maldonado, @lahistoriasanta en TikTok, cuenta las que para él son algunas recomendaciones clave —basadas en sentido común, respeto y experiencia— para que disfrutes de la procesión del Viernes Santo sin tropiezos, ni literalmente ni en sentido figurado.
1. No vengas con el coche al centro
Parece un consejo obvio, pero cada año hay quien insiste en intentar meter el coche en pleno corazón de Sevilla en estas fechas. Las calles están cortadas, los accesos restringidos y el tráfico es una locura. Si vienes en coche, lo más inteligente es aparcar fuera del centro. Una opción muy recomendable es el parking de Torre Sevilla, a apenas diez minutos andando del centro y justo al lado de la Basílica del Cachorro, uno de los puntos neurálgicos del Viernes Santo. Además, suele haber abonos especiales por días o por toda la semana que, si reservas con antelación, te pueden salir bastante bien de precio.
2. No te presentes en vaqueros
Aunque parezca que no tiene nada que ver, el Domingo de Ramos marca una pauta: en Sevilla, ese día se va elegante. Y aunque el Viernes Santo es una jornada más sobria, sigue siendo una ocasión para vestir con respeto. No se trata de ir de gala, pero sí de evitar el atuendo playero. Para muchos, es una manera de rendir homenaje a la solemnidad del momento.
3. Olvida la sillita de playa
Otro error de novato muy común es llevarse una silla plegable para esperar cómodamente el paso de las cofradías. Desde hace unos años, el Ayuntamiento y la Junta Local de Seguridad han prohibido su uso en zonas críticas, porque dificultan el paso de las personas y pueden generar situaciones de peligro en caso de evacuación. Si vas a ver una procesión, lo mejor es llegar con tiempo, buscar un buen sitio y prepararte para estar de pie. Es parte del ritual.
4. No te metas en la bulla si no sabes lo que haces
Las “bullas” son esas concentraciones masivas de gente que se forman cuando un paso está a punto de pasar por una calle estrecha o emblemática. Para muchos, meterse en una bulla es casi un deporte de riesgo y una tradición. Pero si eres propenso al agobio, si vas con niños pequeños o simplemente no estás acostumbrado, es mejor que busques un lugar más tranquilo para ver la procesión. Lo ideal es llegar con tiempo, situarte en una esquina amplia y disfrutar del paso completo de la hermandad, desde la cruz de guía hasta el palio. Créeme, merece la pena.
5. No bebas delante del cortejo
Por último, algo de puro sentido común y respeto: evita estar con un vaso de cerveza o cualquier bebida alcohólica mientras pasa una cofradía. Aunque puedas tener calor o estés disfrutando con amigos, delante de un paso procesional se espera recogimiento, silencio y respeto. Hay tiempo para tomarse algo antes o después, pero mientras pasan los nazarenos o el Cristo, Sevilla se calla.
La Semana Santa de Sevilla es mucho más que una sucesión de pasos y tambores. Es una experiencia que toca lo espiritual, lo cultural y lo emocional. Si la vives con respeto, atención y cierta preparación, será algo que nunca olvidarás. Y como decimos se dice por allí: a disfrutar de la cofradía.
Sevilla en Semana Santa es un hervidero de emociones, fe, tradición y también de visitantes que llegan con la ilusión de vivir uno de los mayores espectáculos religiosos del mundo. Pero si no eres de aquí, hay ciertas cosas que debes saber para no cometer errores de principiante. Para ello, el creador de contenido sevillano Alberto Maldonado, @lahistoriasanta en TikTok, cuenta las que para él son algunas recomendaciones clave —basadas en sentido común, respeto y experiencia— para que disfrutes de la procesión del Viernes Santo sin tropiezos, ni literalmente ni en sentido figurado.. 1. No vengas con el coche al centro. Parece un consejo obvio, pero cada año hay quien insiste en intentar meter el coche en pleno corazón de Sevilla en estas fechas. Las calles están cortadas, los accesos restringidos y el tráfico es una locura. Si vienes en coche, lo más inteligente es aparcar fuera del centro. Una opción muy recomendable es el parking de Torre Sevilla, a apenas diez minutos andando del centro y justo al lado de la Basílica del Cachorro, uno de los puntos neurálgicos del Viernes Santo. Además, suele haber abonos especiales por días o por toda la semana que, si reservas con antelación, te pueden salir bastante bien de precio.. 2. No te presentes en vaqueros. Aunque parezca que no tiene nada que ver, el Domingo de Ramos marca una pauta: en Sevilla, ese día se va elegante. Y aunque el Viernes Santo es una jornada más sobria, sigue siendo una ocasión para vestir con respeto. No se trata de ir de gala, pero sí de evitar el atuendo playero. Para muchos, es una manera de rendir homenaje a la solemnidad del momento.. 3. Olvida la sillita de playa. Otro error de novato muy común es llevarse una silla plegable para esperar cómodamente el paso de las cofradías. Desde hace unos años, el Ayuntamiento y la Junta Local de Seguridad han prohibido su uso en zonas críticas, porque dificultan el paso de las personas y pueden generar situaciones de peligro en caso de evacuación. Si vas a ver una procesión, lo mejor es llegar con tiempo, buscar un buen sitio y prepararte para estar de pie. Es parte del ritual.. 4. No te metas en la bulla si no sabes lo que haces. Las “bullas” son esas concentraciones masivas de gente que se forman cuando un paso está a punto de pasar por una calle estrecha o emblemática. Para muchos, meterse en una bulla es casi un deporte de riesgo y una tradición. Pero si eres propenso al agobio, si vas con niños pequeños o simplemente no estás acostumbrado, es mejor que busques un lugar más tranquilo para ver la procesión. Lo ideal es llegar con tiempo, situarte en una esquina amplia y disfrutar del paso completo de la hermandad, desde la cruz de guía hasta el palio. Créeme, merece la pena.. 5. No bebas delante del cortejo. Por último, algo de puro sentido común y respeto: evita estar con un vaso de cerveza o cualquier bebida alcohólica mientras pasa una cofradía. Aunque puedas tener calor o estés disfrutando con amigos, delante de un paso procesional se espera recogimiento, silencio y respeto. Hay tiempo para tomarse algo antes o después, pero mientras pasan los nazarenos o el Cristo, Sevilla se calla.. La Semana Santa de Sevilla es mucho más que una sucesión de pasos y tambores. Es una experiencia que toca lo espiritual, lo cultural y lo emocional. Si la vives con respeto, atención y cierta preparación, será algo que nunca olvidarás. Y como decimos se dice por allí: a disfrutar de la cofradía.
Estos son algunos consejos para disfrutar de una experiencia que toca lo espiritual, lo cultural y lo emocional
Sevilla en Semana Santa es un hervidero de emociones, fe, tradición y también de visitantes que llegan con la ilusión de vivir uno de los mayores espectáculos religiosos del mundo. Pero si no eres de aquí,hay ciertas cosas que debes saber para no cometer errores de principiante. Para ello, el creador de contenido sevillano Alberto Maldonado, @lahistoriasanta en TikTok, cuenta las que para él son algunas recomendaciones clave —basadas en sentido común, respeto y experiencia— para que disfrutes de la procesión del Viernes Santo sin tropiezos, ni literalmente ni en sentido figurado.. 1. No vengas con el coche al centro. Parece un consejo obvio, pero cada año hay quien insiste en intentar meter el coche en pleno corazón de Sevilla en estas fechas. Las calles están cortadas, los accesos restringidos y el tráfico es una locura. Si vienes en coche, lo más inteligente es aparcar fuera del centro. Una opción muy recomendable es el parking de Torre Sevilla, a apenas diez minutos andando del centro y justo al lado de la Basílica del Cachorro, uno de los puntos neurálgicos del Viernes Santo. Además, suele haber abonos especiales por días o por toda la semana que, si reservas con antelación, te pueden salir bastante bien de precio.. 2. No te presentes en vaqueros. Aunque parezca que no tiene nada que ver, el Domingo de Ramos marca una pauta: en Sevilla, ese día se va elegante. Y aunque el Viernes Santo es una jornada más sobria, sigue siendo una ocasión para vestir con respeto. No se trata de ir de gala, pero sí de evitar el atuendo playero. Para muchos, es una manera de rendir homenaje a la solemnidad del momento.. 3. Olvida la sillita de playa. Otro error de novato muy común es llevarse una silla plegable para esperar cómodamente el paso de las cofradías. Desde hace unos años, el Ayuntamiento y la Junta Local de Seguridad han prohibido su uso en zonas críticas, porque dificultan el paso de las personas y pueden generar situaciones de peligro en caso de evacuación. Si vas a ver una procesión, lo mejor es llegar con tiempo, buscar un buen sitio y prepararte para estar de pie. Es parte del ritual.. 4. No te metas en la bulla si no sabes lo que haces. Las “bullas” son esas concentraciones masivas de gente que se forman cuando un paso está a punto de pasar por una calle estrecha o emblemática. Para muchos, meterse en una bulla es casi un deporte de riesgo y una tradición. Pero si eres propenso al agobio, si vas con niños pequeños o simplemente no estás acostumbrado, es mejor que busques un lugar más tranquilo para ver la procesión. Lo ideal es llegar con tiempo, situarte en una esquina amplia y disfrutar del paso completo de la hermandad, desde la cruz de guía hasta el palio. Créeme, merece la pena.. 5. No bebas delante del cortejo. Por último, algo de puro sentido común y respeto: evita estar con un vaso de cerveza o cualquier bebida alcohólica mientras pasa una cofradía. Aunque puedas tener calor o estés disfrutando con amigos, delante de un paso procesional se espera recogimiento, silencio y respeto. Hay tiempo para tomarse algo antes o después, pero mientras pasan los nazarenos o el Cristo, Sevilla se calla.. La Semana Santa de Sevilla es mucho más que una sucesión de pasos y tambores. Es una experiencia que toca lo espiritual, lo cultural y lo emocional. Si la vives con respeto, atención y cierta preparación, será algo que nunca olvidarás. Y como decimos se dice por allí: a disfrutar de la cofradía.